En Ferraz ya han sacado la calculadora y a estas horas siguen deshojando la margarita: ¿Ciudadanos o los independentistas, qué socio prefieren? Albert Rivera dice, de momento, que no piensa hacer a Pedro Sánchez presidente. Y a diferencia de lo que hicieron con la moción de censura para echar a Rajoy, ahora el independentismo catalán pone precio en sus votos para que los socialistas sigan en Moncloa.

Las condiciones de Junts per Catalunya y ERC no acaban de ser coincidentes. En base a las declaraciones de los últimos días, todo hace pensar que los republicanos serán más laxos a la hora de negociar, de hecho ellos mismos evitan hablar de líneas rojas, como sí que hace el partido del president Puigdemont.

Con el CIS recién salido del horno, la portavoz del Govern, y miembro de JxCat (detalle importante) ha avisado de que el ejecutivo catalán sí que tiene líneas rojas. Y que estas son "la escuela en catalán, los medios públicos de comunicación, la lengua y que pueda hablarse de todo, también de autodeterminación". Diálogo, sí, siempre, pero sin exclusiones. Cuando menos, según la versión de la mitad del Gobierno que representa JxCat.

Torra se siente legitimado y se resigna a no pactar durante la campaña

Quedan poquitas horas para que empiece la campaña electoral. Oficialmente lo hará la madrugada de este jueves. Lo cierto, sin embargo, es que ya hace días y semanas que el Parlament vive inmerso en un mitin constante. El Govern ha constado que en este clima no hay margen para entenderse con los partidos de la oposición. "Se está trabajando más en electoralismo que pensando en el bien común", ha lamentado la portavoz del ejecutivo.

Calculadora en mano y consciente de que corre el riesgo de volver a perder una votación importante en el Parlament, el Govern ha anunciado que retira del orden del día del pleno que arranca mañana el decreto ley sobre vivienda, encaminada a ampliar la oferta de vivienda de protección oficial, de la misma manera que se ha preferido no llevar los presupuestos al Parlament por falta de apoyos. Lo ha explicado la consellera de presidencia, Meritxell Budó, que ha añadido que "el hecho de encontrarnos en ciclo electoral no permite espacios de diálogo para sacar adelante la obra de gobierno". La decisión llega después de que la semana pasada el gobierno Torra perdió la votación en la cual el resto de partidos le pedían al presidente que vuelva a someterse a una investidura para comprobar si cuenta con la confianza del Parlament o que convoque elecciones.

Budó ha querido aprovechar para reiterar que si la semana pasada se aprobó la moción para convocar elecciones fue "por el voto de calidad de Llarena" y ha confirmado que de ninguna manera darán respuesta al clamor de la oposición. "El Gobierno está determinado a gobernar y el presidente Torra se siente legitimado".