El Govern se va quedando sin alternativas para aprobar los presupuestos si los comunes se mantienen en el rechazo a estas cuentas. El ejecutivo se ha reunido este jueves por la tarde con Junts per Catalunya para tantear el terreno y probar si podrían contar con los 31 votos del grupo de Albert Batet para sumarlos a los 66 que ahora tienen. Pero el encuentro, lejos de resolver discrepancias, ha evidenciado que el impuesto de sucesiones es lo que impide que haya un acuerdo. Para los juntaires, la fiscalidad es una línea roja y, en la propuesta de que presentaron a mediados de febrero al Govern, incluyeron una bonificación del 99% de este tributo. A su vez, el ejecutivo sostiene que prescindir de este impuesto implicaría una pérdida recaudatoria de 1.212 millones de euros, hecho que no ven con buenos ojos.

La de este jueves ha sido la cuarta reunión que el Govern mantiene con Junts per Catalunya por los presupuestos de 2024. Por parte de los juntaires, se ha repetido la delegación formada por la portavoz del grupo parlamentario, Mònica Sales, y los diputados Joan Canadell y Jordi Munell. En representación del Govern, estaban Núria Cuenca (secretaria general de Presidència), Marc Ramentol (director general de Coordinació Interdepartamental), Josep Maria Aguirre (secretario general de Economia i Hisenda) y, como novedad, el viceconseller de Estratègia i Comunicació, Sergi Sabrià. Fuentes de ambas partes constatan que no ha habido avances y que la cuestión que lo atasca todo es el impuesto de sucesiones. Voces del ejecutivo manifiestan que el tema de la fiscalidad "tiene mala solución" y reiteran la negativa a tocar este tributo.

Fuentes del Govern lamentan que "haya entendimiento" en otros temas, pero que el impuesto de sucesiones suponga un "blanco o negro" en la negociación. "El año pasado ya nos encallamos por la propuesta de deflactar el IRPF. Este año lo hacemos y ahora, el escollo es sucesiones. Siempre hay alguna excusa que condiciona la aprobación", indican. Estas mismas voces señalan que se encuentran en un callejón sin salida con Junts: "Es un final esperable". Y es que ambas partes confirman que no se han instado a mantener los contactos ni se avista, hoy por hoy, una nueva reunión. Por su parte, fuentes de los juntaires reconocen que solo se producirían si el ejecutivo hace "alguna contrapropuesta en sucesiones".

La enmienda a la totalidad toma fuerza

Ante este escenario, la posibilidad de que Junts presente el lunes una enmienda a la totalidad a los presupuestos es muy elevada. Esta misma semana ya lo hicieron a la ley de acompañamiento de las cuentas, plazo que se agotaba el martes. Desde el partido explican que se dará traslado del estado de las conversaciones a la ejecutiva del próximo lunes, día que coincide con la finalización del periodo para presentar las enmiendas a la totalidad. Fuentes de Junts explican que, si hubiera acuerdo en otros puntos pero en sucesiones no, el Govern seguiría sin poder contar con sus votos: "Para nosotros es importante que el Govern haga algún movimiento en este tema, pero parece que no se quieren mover y tenemos la sensación que prefieren no pactarlas con nosotros aunque pueda suponer no tener cuentas".

La formación de Jordi Turull y Laura Borràs descarta hacer una "adhesión" a los presupuestos sin movimientos en sucesiones. Estas fuentes admiten que el Govern ha hecho "más retorno" de las medidas que les presentaron y señalan que el ejecutivo reconoce que eliminar este tributo supondría una pérdida de 350 millones de euros, que es la cifra que los juntaires defienden desde el principio.

Con quien siguen y seguirán las conversaciones a lo largo de las próximas horas y días será con los comunes, que registraron una enmienda a la totalidad el martes. Desde la formación de Jéssica Albiach mantienen que, si el Govern paraliza el Hard Rock, retirarían la enmienda y negociarían su apoyo a los presupuestos. El próximo miércoles 13 de marzo será una fecha clave, ya que será cuando se produzca el debate a la totalidad de las cuentas. Aunque las posiciones parecen muy enrocadas, desde el ejecutivo se muestran tranquilos y avisan de que todavía quedan días para negociar.