La venganza ha brotado del corazón del portavoz del Partido Popular en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons, tras no haber conseguido hace un mes boicotear la conferencia del president de la Generalitat, Carles Puigdemont, "The catalan referendum" en la sede del Parlamento europeo en Bruselas. González Pons ha cargado de forma muy dura contra Puigdemont durante el 18º congreso del PP que empieza este viernes, acusándole de parecerse a la líder del Frente Nacional, el partido de la extremaderecha francesa, Marine Le Pen, y a los populismos "que amenazan la paz".

"¿Quién dice que el pueblo no es tenido en cuenta? Puigdemont y Le Pen. ¿Quién dice que en la UE manda Alemania? Iglesias y Le Pen". Este ha sido uno de los puntos más álgidos de un discurso de cariz nacionalista español donde ha asegurado que "la política es para patriotas". 

Más tarde ha redoblado el tono como si de una arenga militar se tratara y ha afirmado que el futuro sería entre los defensores de la "representación proporcional y los autócratas que se entienden con el pueblo a través de sus plebiscitos". Es decir, unos adjetivos que podrían ir dirigidos al referéndum prometido por Puigdemont porque más tarde añadió "votar para excluir, romper y hostigar a quienes votan diferente también es una dictadura".

En alusión a la independencia, el portavoz popular ha erigido como experto en cuestiones europeas e internacionales, asegurando que "una Catalunya de una España rota estaría a la cola por detrás de Albania y Montenegro". El objetivo era advertir de fondo lo que él ve como una amenaza para el sistema de libertades europeo: "La Unión Europea y España son el objetivo a batir de populistas y nacionalistas", ha zanjado.

Las palabras eran de tono elevado, con una intensidad creciente, mezclando unos elementos con otros y aportando símiles de todo tipo. "El nacionalismo y el populismo son como los virus, confunden el sistema inmunológico de la democracia con palabras que parecen democracia", añadió. Por ese motivo, también ha rechazado otras aspiraciones nacionales, tales como la escocesa. Les advirtió que no harían "excepción" y si el Reino Unido consuma el Brexit, también Escocia y Gibraltar se marcharían de la UE.