El Gobierno está preparando una propuesta para impulsar la regularización de hasta 470.000 personas inmigrantes, partiendo de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que había quedado parada en el Congreso durante un año. Esta ILP, tal como han adelantado El País y La Vanguardia, que han tenido acceso al borrador de la ILP, corregiría las carencias del nuevo reglamento de extranjería, que podría llevar a muchos inmigrantes a una situación de irregularidad. El documento provisional con el que trabaja el Gobierno propone que la regularización se aplique a los inmigrantes que se encuentren en España antes del 31 de diciembre de 2024 y se haría a través de “una autorización para circunstancias excepcionales única”, que permitirá a las personas extranjeras residir y trabajar en todo el territorio español.

El pasado 9 de abril de 2024, el Congreso aprobó por mayoría absoluta la toma en consideración de la ILP para la regularización de inmigrantes, pero el texto estaba paralizado desde entonces porque el PSOE no lo quería hacer avanzar. Ahora, sin embargo, los socialistas han cambiado de postura ante la entrada en vigor, este mismo martes, del nuevo reglamento de Extranjería.

Este proceso requerirá cumplir unos requisitos, como puede ser una revisión de antecedentes penales o el hecho de estar en situación de vulnerabilidad, y está previsto que el procedimiento se apruebe en un real decreto en un plazo máximo de seis meses después de obtener el apoyo mayoritario en el Congreso. Tal como reconoce el Gobierno, la nueva normativa de extranjería mejora ciertas condiciones, pero deja fuera un número significativo de personas, como las que han desistido de solicitar protección internacional o están en situación vulnerable.

El papel de la inmigración en España

El texto de la exposición de motivos destaca que España es un país donde la migración “ha tenido un papel clave en nuestro pasado y sigue siéndolo en la construcción de nuestro presente y futuro”. “Por una parte, por el gran peso que ha tenido la emigración de muchos compatriotas hacia otras partes del mundo en busca de oportunidades, especialmente hacia Europa y América Latina. Y, por otra parte, porque ahora España ha dejado de ser solo una tierra de paso o puerta de entrada a Europa, para convertirse en un lugar de acogida y destino”, añade.

Este mensaje positivo sobre la inmigración coincide con la línea que defiende el presidente Pedro Sánchez, especialmente enfrente del aumento de discursos xenófobos en Europa. El documento recalca que “España, por su situación geográfica y la percepción de estabilidad, seguridad y prosperidad económica y social, es un destino preferente de los flujos migratorios”. También advierte que “no adaptar adecuadamente la regulación a la evolución de estos flujos puede generar inseguridad y desprotección entre las personas migrantes, aumentando el riesgo de exclusión social y vulnerabilidad.” En este contexto, se reafirma la apuesta del Gobierno por vías de migración “regulares, seguras y ordenadas”, consideradas como un “binomio imprescindible”.