El Gobierno ha rechazado el plan europeo de reducción del gas, que implica una disminución del 15% del consumo de gas hasta la próxima primavera para prepararse delante de un posible corte del suministro ruso. Lo ha hecho la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, que ha argumentado que la propuesta de Bruselas supone imponer "un menú del día ya diseñado" sin que nadie haya preguntado por las "limitaciones alimentarias" propias. Ribera ha subrayado que el estado español es "un país europeísta y solidario", pero ha asegurado que la Comisión Europea no puede pedir "un sacrificio desproporcionado" a España. "A diferencia de otros países, los españoles no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades desde el punto de vista energético", ha soltado.

La ministra ha considerado que la idea del ejecutivo comunitario "no es necesariamente la más eficaz, ni la más eficiente, ni la más justa". Es por esto que, "pase lo que pase, las familias españolas no sufrirán cortes de gas ni luz en sus hogares" y que el Gobierno "defenderá la posición" de la industria española. Así pues, España asistirá en el próximo Consejo Europeo de Energía, que se celebrará el próximo 26 de julio. Lo hará para "defender los intereses de todos los españoles con una propuesta solidaria, eficaz, eficiente y coordinada".

El papel de España en la llegada del gas en Europa

Y es que un plan de este tipo comportaría que España, Francia y Portugal tuvieran un "crecimiento cero", motivo por el cual Ribera ha reclamado un "debate" entre todos los países para pactar las medidas con "unidad, consenso y solidaridad". Es decir, hay que instar a los socios europeos a "debatir de manera abierta, transparente y respetuosa" sobre la mejor manera de darse apoyo en una situación como esta. Aquí es donde la ministra ha destacado el papel "fundamental" que puede jugar el estado español como "puerta de entrada" de más del 30% de gas natural licuado (GNL) a Europa y con unas infraestructuras preparadas para dar apoyo a los "vecinos".

Ribera ha subrayado la "situación crítica" de Europa a causa de la guerra de Rusia en Ucrania, de manera que ha considerado "capital" que haya "una respuesta como la que ha habido hasta ahora, basada en la solidaridad". Es "clave" trabajar "juntos" en el ámbito europeo y ver "de qué manera los unos podemos ayudar los otros", cosa que necesita un "debate sobre el general y sobre las propuestas concretas". Desgraciadamente, la ministra ha lamentado la falta "clamorosa" de diálogo que ha habido a la hora de presentar la propuesta de este miércoles. Una propuesta que se ha planteado "sin orientación previa, sin debate de orientación general en el Consejo Europeo y cuando las consecuencias económicas y en términos de impacto redistributivo son particularmente importantes".