El Gobierno del presidente Mariano Rajoy participará de los trabajos de reforma de Constitución que se lleven a cabo en el Congreso de los Diputados. El gesto es casi inevitable después de que el PSOE ha presentado una proposición en el Parlamento español para crear una subcomisión con estos fines, ya que la oposición tiene mayoría. Pero la ministra de Administraciones Territoriales, Soraya Sáenz de Santamaría, se abre a ella con "prudencia" y sin alterar lo que su partido ha defendido a lo largo de todo este tiempo: que nada es irreformable en la Carta Magna española, pero siempre que parta del "consenso".

Así las cosas, que el Partido Popular y el gobierno del Estado quieran participar de esos "trabajos que tendrán lugar", según ha dicho la vicepresidenta, no es garantía de que esta reforma se llegue a producir. Dice el dicho que "si quieres que un tema se encalle, crea una comisión". Este podría ser el fin que tuviera la ofensiva, ya que los populares tienen la mayoría absoluta en el Senado, necesario para que el proyecto llegue a puerto. Otro argumento de peso es la falta de acuerdo entre la oposición sobre qué hacer: Podemos quiere incluir la plurinacionalidad, y el PSOE, un modelo federal.

Por si los anhelos independentistas encontraban una salida en el proyecto, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, les avisa. En una entrevista radiofónica, Catalá ha recordado que una reforma de estas características tiene que partir de la soberanía española. "Hay una parte importante de la población en Catalunya que está proponiendo un cambio en las relaciones, y eso tiene que caber en la Constitución. Se puede reformar, ya veremos, pero nunca para romper principios como la igualdad entre los españoles o la unidad de España o la soberanía del todo y no de una parte", ha recordado.

Así las cosas, los socialistas y los podemitas insisten en que el Ejecutivo central no ofrece soluciones al independentismo. El argumento es que el Estado de las autonomías está "agotado" y las políticas coyunturales no apaciguarán al soberanismo. Por eso, el portavoz del PSOE, Gregorio Cámara, ha acusado a Santamaría –durante la comisión constitucional en el Congreso– de recentralización y ha defendido el federalismo. El líder de En Comú Podem, Xavier Domènech, ha lanzado al socialista el guante de que la reforma constitucional no se tenía que demonizar, sino hacerla para contemplar el derecho a decidir y la plurinacionalidad.