El gobierno de Pedro Sánchez siguió pagando con fondos reservados del estado a una confidente clave de la Operación Catalunya durante casi seis meses. Hasta este momento, se pensaba que la guerra contra el independentismo por parte de las cloacas del estado se había acabado con la salida de Mariano Rajoy del Gobierno, pero, según ha adelantado RAC1, eso no fue así, ya que el gobierno de Sánchez mantuvo este sueldo durante los primeros meses del gobierno del PSOE, con Fernando Grande-Marlaska al frente del Ministerio del Interior.

La fuente a la que el Gobierno pagaba un sueldo como confidente es Victoria Álvarez, expareja de Jordi Pujol i Ferrusola y responsable de suministrar información sobre la familia Pujol y el entorno de Convergència a la denominada policía patriótica. Hasta ahora, se tenía constancia de que cobró un sobresueldo de los fondos reservados, al menos entre 2012 y 2015. Según ha informado RAC1, Álvarez siguió cobrando hasta junio de 2018. 

Sueldo de 2.500 euros

Victòria Álvarez recibía un sueldo de aproximadamente 2.500 euros al mes. Así pues, durante los primeros seis meses de la legislatura de Sánchez, la expareja del primogénito de los Pujol recibió en torno a 10.000 euros por parte del Ministerio del Interior. Una cantidad de dinero que cobraba en efectivo, en un sobre que le hacían llegar a través de colaboradores de la policía, normalmente Antonio Giménez Raso. Evidentemente, este capital no lo tenía que declarar porque los fondos reservados son opacos. Álvarez era la única confidente de la Operación Catalunya que seguía cobrando por sus servicios. Sin embargo, según afirma RAC1, con el PSOE ya en la Moncloa, algunos altos cargos de la policía española mantenían el contacto con otros informantes infiltrados en entornos independentistas. Estos no percibían un sueldo fijo, pero sí que el coste de los encuentros se pagaban también con dinero público.

El origen de la relación entre Vicky Álvarez y los poderes del estado se remonta a julio de 2010, cuando aireó los trapos sucios de los Pujol a quien entonces era la presidenta del PP en Catalunya, Alicia Sánchez Camacho, en la famosa comida de La Camarga. Solo dos años más tarde, Sánchez Camacho puso en contacto a Álvarez con el excomisario Villarejo. A partir de ese momento, Vicky empieza a cobrar de los fondos reservados, el sueldo siempre estaba entre los 2.000 y los 3.000 euros y, a cambio, ella facilitaba información sobre el clan Pujol. Evidentemente, este pacto contaba con el visto bueno del entonces ministro del interior, Jorge Fernández Díaz.

Silencio en el Ministerio

El Ministerio del Interior ha evitado pronunciarse oficialmente sobre los pagos a Álvarez hasta finales de 2018, ya que argumentan que el uso de fondos reservados es una materia confidencial, pero según apunta RAC1, una vez que Marlaska llegó al ministerio, encargó una revisión completa del uso que se hacía de los fondos reservados. Precisamente, en esa auditoría fue en la que se reveló el sueldo mensual de la expareja de Jordi Pujol, y Marlaska ordenó parar esos pagos. Sin embargo, tardaron seis meses en cortarle el grifo.