El Gobierno vuelve a ignorar una vez más al conflicto catalán el día de una movilización de la Diada que ha contado con más de un millón de manifestantes, a pocas semanas del 1 de octubre de 2017 y en medio del clima de tensión institucional por las suspensiones del Tribunal Constitucional a la ley de Referéndum. Fuentes de la Moncloa consultadas por El Nacional exhiben una posición de menosprecio asegurando que es la marcha "menos numerosa de los últimos años". "La mayoría de los catalanes ha renunciado a participar porque estaba liderada por el sector más radical", denuncian.

La cuestión es que el ejecutivo de Mariano Rajoy afirma que no admite presiones de pancartas del soberanismo como "Democracia es referéndum" y mucho menos viniendo del lema "Por el Sí" o las banderas estelades habituales del independentismo. "La sociedad catalana está representada en el Parlament y la semana anterior ya se vio qué pasó, silenciaron el debate de la oposición", recuerdan sobre un episodio que la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría tachó de "vergüenza democrática", acusando al Govern de promover una "dictadura" a través de la presidenta Carme Forcadell.