Pedro Sánchez, el presidente español que se ha hecho el milhombres ante la Unión Europa amenazando con vetar el pacto del Brexit, finalmente ha cedido y ha conseguido un parche para Gibraltar. Esta es la lectura que hacen los diarios amigos del inquilino de la Moncloa del acuerdo alcanzado in extremis que permitirá hoy a los jefes de estado y de Gobierno dar luz verde en la salida del Reino Unido del club de los 27.

Si Sánchez, sin embargo, quiere desayunar sin que se le atragante el cruasán sólo tiene que leer el El País -este sí diario amigo- que le reconoce como ha metido en cintura a Theresa May por el enderezador hasta conseguir que reconozca "por escrito" que cualquier negociación sobre el peñón necesitará el visto bueno del gobierno español. Ni palabra que este acuerdo "histórico" en palabras del presidente español no está incluido en el acuerdo político que se firmará hoy. Un pacto, pues, sin ningún valor jurídico.

El País

Esta es la idea principal de la monotemática portada del ABC, que titula sin ambages "Un remiendo para Gibraltar" y contrapone el calificativo utilizado por Sánchez para presentar el pacto -histórico- con la falta de valor jurídico del esperado acuerdo. Y nada mejor que hacer quedar en ridículo Sánchez con las contundente afirmación de la premier británica: Estoy orgullosa de que el Peñón sea británico".

ABC

La Razón todavía va mes hacia allá para poner en cuestión la victoria de Sánchez sobre Gibraltar y que también recoge una corta pero contundente afirmación de la premier británica: "Nuestra posición no ha cambiado". El Mundo, por su lado lado, no le da la apertura de la portada al histórico acuerdo -lo que importa las elecciones andaluzas- y relega a columna el asunto con un hiriente "Sánchez cede", poniendo el énfasis que la demanda de España no se ha incluido en lo trata del Brexit.

La Razon

El Mundo

Mañana nos desayunaremos nuevamente con el culebron del Brexit, en este con el final podrian decir de la primera temporada. Y no lo duden, en la foto todos sonrientes. Sánchez lucirá sonreír, pero sobre todo quien lo hará será Theresa May.