Es de dominio público que la relación entre Emiliano García-Page y el gobierno de Pedro Sánchez es muy tensa y marcada por constantes enfrentamientos tanto públicos como internos en el PSOE. El presidente de Castilla-La Mancha no ha ocultado sus profundas discrepancias con el presidente del partido que gobierna España, que ya se manifestaron en el Comité Federal de 2016, cuando el barón socialista formó parte del grupo que intentó forzar la dimisión de Sánchez como secretario general de la formación. Desde entonces, García Page se ha convertido en la voz más crítica dentro del PSOE, especialmente por el rechazo a los pactos con partidos independentistas, los indultos del procés y la ley de amnistía, medidas que ha calificado repetidamente como “errores graves” en democracia. Además, el presidente manchego ha ironizado diciendo que en el partido “están a punto de extraditarlo”, y utiliza argumentos similares a los del PP contra Ferraz, incluso en presencia de otros barones socialistas o populares. Este nivel de tensión ha subido un grado más este viernes, cuando García Page acusó públicamente al Gobierno de Sánchez de espiarlo para buscar trapos sucios contra él con el objetivo de perjudicarlo políticamente. En concreto, se refirió a un subdelegado del gobierno central en Castilla-La Mancha, aunque no concretó la identidad de los dos posibles destinatarios de la acusación.
Línea roja contra la corrupción
Las palabras de García Page resonaron durante el Debate sobre el estado de la región, que este viernes celebraba la última jornada. El presidente intervenía y tiraba una línea roja contra la corrupción, con segundas. “Aquí no puede entrar nadie a forrarse”, decía Page, quien aseguraba que “la honestidad y la reputación de este gobierno es sagrada y la oposición se alegraría si apareciera un caso de corrupción". Y pronunció la frase que dejó a todos sorprendidos. “Incluso hemos tenido hasta un subdelegado del Gobierno de hoy buscando y rascando a ver si encontraba cosas sucias de este presidente”. El silencio se hizo en la Cámara y Page remató: “Lo que digo es serio, por no decir grave, y no será porque no lo haya denunciado donde lo tenía que denunciar”.
Dos posibles sospechosos
La identidad exacta del funcionario no fue revelada por el equipo de Page, pero la portavoz del Ejecutivo de Castilla-La Mancha, Esther Padilla, aportó más detalles sobre estas supuestas investigaciones. Apuntó que el Gobierno central no solo desestimó la petición para que se cesara al alto cargo que consideran responsable de este espionaje, sino que, al contrario, se le ratificó en sus funciones. En Castilla-La Mancha hay cinco subdelegados del gobierno central, uno por cada provincia: Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo. Cada uno depende directamente de la Delegación del Gobierno de la comunidad autónoma, presidida actualmente por Milagros Tolón, una política considerada sanchista. Las sospechas, sin embargo, recaen sobre dos posibles nombres confirmados como subdelegados en las provincias de Toledo y Ciudad Real: Carlos Ángel Devia y David Broceño. Ambos continúan en sus cargos, ratificados incluso después de la denuncia. Page ha denunciado esta situación por los canales formales, aunque no se han tomado medidas disciplinarias que impliquen el cese del funcionario acusado, lo que agrava aún más la tensión entre Page y el gobierno central. Tolón, sin embargo, defendió la labor de los subdelegados y rechazó las acusaciones de espionaje, manifestando que los subdelegados del Gobierno de España dedican todos sus esfuerzos “a hacer un trabajo excelente para hacer el bien en favor de la ciudadanía”.
Críticas políticas y distancia institucional
A lo largo de los últimos meses, Page ha calificado el momento como “el más grave de credibilidad para el PSOE” toda la crisis interna ligada a la carta y reflexión de Sánchez en abril de 2024, criticando la “bunkerización” del gobierno español y su dependencia de los socios de investidura de Sánchez, a los que llamó “accionistas” en tono irónico. Page ha reivindicado la defensa de un PSOE “sin apellidos” ni “guion Sánchez ni guion Page”, en referencia al legado de Felipe González. En los encuentros más recientes, Page ha insistido en que “no tiene puto amo”, en clara referencia a Sánchez y su círculo, y considera que la mayoría del partido no comparte la línea actual del gobierno central. Según los medios, Page cuenta con una amplia legitimidad institucional, mayoría absoluta en Castilla-La Mancha y marca política propia, lo que le permite sobrevivir políticamente a pesar de los intentos de la Moncloa de presionarlo o restarle apoyos internos.