El presidente del Senado Pío García-Escudero ha cerrado 2017 durante la tradicional Copa de Navidad felicitando a los trabajadores de la casa por su tarea a lo largo del año "más importante" de la institución, como consecuencia de la aplicación del artículo 155, según ha considerado él mismo. García- Escudero ha resaltado la parte menos conocida de la intervención de la Generalitat, y es el esfuerzo que hicieron "funcionarios de comisaría, gente del comedor y los propios senadores" para que saliera adelante dicho artículo. "Fue un reto para todos" ha reconocido.

Estas palabras han sido pronunciadas en el salón de pasos perdidos del Senado, ante profesionales de la comunicación, representantes electos y asesores de políticos, donde ha mostrado "orgullo" por la tarea desarrollada. Es más, ha dicho que en la calle lo habían felicitado por esa misma gestión. Eso pasa casi mes y medio después de que entrara en vigor la medida y antes de que la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría comparezca en la cámara alta para rendir cuentas. Lo hará el lunes por la mañana, antes de que se agote el plazo de dos meses a que se comprometió.

Durante el acontecimiento, de carácter distendido y que sirve de homenaje a los trabajadores de la institución, García-Escudero ha instado a la senadora del PNV y miembro de la Mesa, Maria Eugenia Iparragirre, a cantar un villancico –ya que además de parlamentaria forma parte de la agrupación coral Orfeón Donostiarra. Así las cosas, el presidente ha reiterado su orgullo de pertenecer al Senado. Ha recordado que llegó en 1995, y ha confesado que en varias ocasiones le han ofrecido ir al Congreso, pero que él siempre ha priorizado permanecer en la cámara alta.