Conforme septiembre de 2017 se acerca y la posibilidad de pactar un referéndum con el Estado se convierte en una quimera, las diferencias aparecen entre los partidos de izquierda sobre el grado de revolución que están dispuestos a asumir. La diputada de la CUP Anna Gabriel ha participado este lunes en Madrid en una entrevista de la Revista Mongolia donde ha advertido a sus compañeros de Podemos de la posibilidad de romper los lazos fraternales que les unen, si no se avienen a dar apoyo a un "referéndum prohibido". Es decir, a un Referéndum Unilateral de Independencia (RUI).

"Si Podemos nos da apoyo, serán aliados. Pero si se prohíbe el referéndum, esperamos que estén de nuestro lado. Si no, pueden pasar a ser adversarios políticos", ha advertido Gabriel ante la presencia de su compañera de partido Mireia Vehí, y un público nutrido de más de 100 personas, reunidas en el Teatro Luchana de la capital española.

Esta afirmación llega prácticamente un mes después de la Cimera pel referèndum, donde la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, mostró sus reticencias a sumarse a la causa unilateral, y el líder de En Comú Podem, Xavier Domènech, directamente no asistió. En ese sentido, es el portavoz de la formación morada, Íñigo Errejón, el único que se ha manifestado hasta el momento en el universo podemita como partidario de un RUI "legítimo", yendo un paso más allá que los comuns, a pocas semanas de la asamblea de Vistalegre II, donde se enfrentará al líder, Pablo Iglesias.

Un choque similar al que Gabriel tiene con la formación morada por el derecho a decidir, también emerge con ERC por los presupuestos de la Generalitat. La cupaire ha tenido que responder sobre la riña en Twitter que mantuvo con el líder de los republicanos en el Congreso, Joan Tardà, sobre que "no podrían salir de casa" si no votan afirmativamente, como él le advirtió. "Envío un saludo en Tardà desde aquí", ha dicho Gabriel, en un intento de quitar hierro al asunto. "Nunca me acostumbro a encender en las redes sociales", se ha excusado, para afirmar más tarde que "evidentemente" podrían salir de casa, porque defenderán con la "cabeza alta" el veredicto de la asamblea.

Pero la patria está en peligro por culpa vuestra"!, ha ironizado uno de los presentadores. Ella ha ilustrado entonces la teoría de que era posible hacer un referéndum sin presupuestos, aunque no ha explicado con qué partida de dinero.

La democracia directa ha permitido a los moderadores de la revista pinchar a la representante de la CUP con un tono socarrón. Uno de ellos ha cuestionado el empate 1515 - 1515 con que se envió más tarde al expresident Artur Mas a la "papelera de la historia", y Gabriel ha replicado, como acostumbrada a responder siempre lo mismo. "¿Cuánto tiempo hace que no hacéis una asamblea? Sí que se ha perdido esa costumbre. Pues se puede empatar. Pero a ver, ¿como se supone que organizas a 3.000 personas para que generen un empate?". Pero el periodista ha preferido hacer una "elipsis". Vaya, que no le ha convencido.

Si bien Gabriel se guardaba un as en la manga, a la hora de erigirse como la izquierda revolucionaria y sindicalista que es la CUP. "Si sois independientes, ¿nos haréis talleres para sacarnos de encima a los Borbones?", ha rogado uno de los moderadores. "Pues mira sí, podríais empezar a romper sus fotos y quemarlas", ha remachado la cupaire. El periodista se ha quedado en jaque, y ha tratado de sobreponerse recordando que su revista también había hecho una portada reivindicativa en contra de la infanta Cristina, cuando estalló el caso de su marido, Iñaki Urdangarin.

Ya puestos a sacar músculo sobre quién es más revolucionario, uno de los moderadores ha preguntado cómo toleraría la CUP pasar de un Estado español, a uno catalán, si son anarquistas. La pregunta amenazaba con dejar a la invitada en entredicho, pero con la respuesta ha dejado satisfecho al público, cómo le ha reconocido un chico joven, de entre los asistentes. "España no ha tenido un proceso constituyente, sino que el marco actual nació con unas presiones del franquismo. Nosotros queremos romper con todo eso, y utilizar nuestras instituciones propias", ha expuesto sobre la piedra angular del anarcosindicalismo, basado en la acción en la calle, las protestas, los ateneos, las manifestaciones y el tejido asociativo.

La perla última a los ya casi rivales de la izquierda española ha venido sobre la génesis de la ruptura y la desobediencia. "¿Cómo explicarán las izquierdas que sin romper con la Troica, o el capitalismo salvaje, se pueden garantizar mejores condiciones de vida"?, ha increpado. Ello le ha servido para justificar que para la CUP, la independencia no solo es un medio, sino también un fin, frente a aquellos que cuestionan que realmente sea para ellos un objetivo.