Los diputados en el Parlament de Catalunya Salvador Vergés (Junts) y Nacho Martín Blanco (Ciudadanos) han expuesto en las redes sociales la disputa que los dos tuvieron en la comisión de deportes de esta semana en la cámara catalana. En el marco del debate de una propuesta de Ciudadanos contra la Plataforma Pro Selecciones Deportivas Catalanas, los dos diputados se embarcaron en una discusión sobre catalanofobia e hispanofobia. Vergés acusó a Martín Blanco de ser catalanófobo y a su vez Martín Blanco acusó al otro de hispanofobo.

Vergés defendió la postura de Junts en el debate y explicó que la plataforma Pro Selecciones Deportivas también puede ser el reflejo de valores que vayan más allá de los deportes. El diputado de Junts dijo que en todo el mundo, el mundo del deporte expresar "ansias de libertad, igualdad, justicia y reivindicaciones históricas, contra el racismo, el machismo." "El deporte es cultura, igual que la música o la literatura, y tiene que expresar sentimientos nacionales", dijo Vergés.

Vergés recuerda el nacionalismo deportivo de Rivera

El diputado de Junts recordó que el exlíder de Ciudadanos Albert Rivera había mostrado una camiseta de la selección española en el Parlamento y que en junio del 2016 Ada Colau desplegó una pantalla gigante con motivo de un partido entre España y la selección de Turquía. Vergés también destacó que hace poco "se desplegó una banderota española gigante en el estadio de Cornellà".

 

 

"A nosotros -continuó Vergés- nos es igual que la selección española participe donde le dé la gana, mientras Ustedes nos boicotean, pero cuando seamos independientes -que lo seremos-, Usted y yo coincidiremos en un partido de Catalunya contra España y mi actitud será deportiva, espero que su catalanofobia entonces haya mejorado, porque empeorar es imposible".

Martín Blanco se muestra ofendido

Estas palabras encendieron Martín Blanco que, en un turno de réplica, dijo que le había molestado especialmente que Vergés lo acusara de catalanofobia. El diputado de Ciudadanos defendió que él respeta la pluralidad de la sociedad donde vive, habla las dos lenguas "de manera indistinta" y respeta a sus interlocutores. "Es normal que me moleste que me acuse de catalanofobia porque es evidente que nadie con dos dedos de frente puede decir que yo sea catalanófobo".

 

 

"En cambio -continúa Martín Blanco-, Usted reivindica su hispanofòbia y a Usted no le molesta que yo le diga hispanòfob, porque para usted eso es una medalla: no se me llame catalanófobo porque mis actos acreditan que no lo soy y me resulta ofensivo".