Más problemas para Ciudadanos, donde últimamente las noticias siempre son malas. El que era secretario general de los naranjas, Fran Hervías, publica un libro este miércoles 'Ciudadanos. La historia jamás contada', donde rompe la realidad de la vida política del partido y en especial, el giro político de la expresidenta, Inés Arrimadas, desde que todo eran alegrías hasta el auténtico desastre que es hoy. Hervías acusa a Arrimadas de convertir Cs en "uno más de la banda", con la que Pedro Sánchez gobernó en la primera parte de la legislatura. Además, crítica duramente el cambio de actitud de Arrimadas después de la salida de Albert Rivera a raíz del primer gran fracaso de Ciudadanos el 10-N.

Hervías, que fue quien descubrió a Arrimadas, la definía como "una chica tímida y humilde" que se afilió en 2011 al partido después de una intervención de Rivera en un programa de la televisión. De este momento destaca que "sorprendió que, a pesar de hacer unos pocos días que estaba afiliada, se postulara para estar en la junta directiva de la agrupación de jóvenes". Lo tuvo claro, solo una semana más tarde explicó al presidente de Cs y a su mano derecha, José Manuel Villegas, que "había una afiliada nueva con mucho potencial" en Barcelona, según explica Hervías en su libro y publica The Objective.

Ascenso de Inés Arrimadas en Ciudadanos

Fran Hervías fue el que pidió la incorporación de Arrimadas al Comité Ejecutivo. Según relata en el libro, dos de las personas más próximas a ella actualmente, Carlos Carrizosa y José María Espejo, cuestionaron la apuesta, ya que no estaban muy confiados. El ascenso de Arrimadas fue espectacular hasta convertirse en "una heroína nacional" con la victoria de Ciudadanos en las elecciones catalanas en diciembre 2017. En este momento, ya se evidenciaron las primeras diferencias en la formación. Por una parte, Hervías quería que se presentara a la investidura, aunque, no daban los números. En la otra cara de la moneda se situaban Arrimadas y otros miembros de la dirección nacional de Cs, que consideraban que era un error empezar legislatura con una derrota parlamentaria.

"Aquí vino un nuevo episodio de confrontación, ya que empezó a evidenciarse que algunos pensaban más en su propia imagen y trayectoria personal que en el bien común. Finalmente, los partidarios de que Inés no se presentara a la investidura ganaron el debate. Lo tenían bastante estudiado, porque pocos meses después, Inés empezó a diseñar, y ejecutar su hoja de ruta personal hacia Madrid," revela en el libro el exsecretario general. El cambio de actitud más destacado de Inés Arrimadas lo sitúa después de la moción de censura de Sánchez contra Mariano Rajoy en mayo de 2018, una vez que cogió fuera de juego a Ciudadanos, que lideraba las encuestas nacionales. "No esperábamos un movimiento así y menos que Rajoy, al ver la posibilidad real de que prosperara la moción, no convocara antes elecciones. En justo un mes bajamos cinco puntos, a la vez que subían el PSOE y el PP. En pocas semanas vimos esfumarse, de la noche a la mañana, el sueño de llegar a La Moncloa", explica. En este contexto sitúa los movimientos para fulminarse Albert Rivera después de que en el área de organización llegara que desde el equipo de Toni Roldán se estaba sondeando a cargos intermedios y diputados sobre la situación del partido, aunque, apunta que no le hicieron mucho caso. En verano de 2018, vuelve a observarse un cambio de actitud de Arrimadas.

Cambio de actitud de Arrimadas

En este punto del relato, Hervías detalla que la actitud de Arrimadas ya empieza a ser muy extraña, "después de las acciones que desde Cs, empezamos a llevar a cabo en Catalunya, encontramos el rechazo de Inés y parte de su equipo al considerar que estábamos provocando a los separatistas con nuestras acciones, casi el mismo argumento que daba al PSOE ante los medios. Alguna cosa había cambiado y no sabíamos el qué. El 29 de agosto de 2018, tuvimos que convencerla para que fuera a retirar lazos amarillos en Alella, un municipio de Barcelona" explica. No es la única muestra de rechazo por parte de Arrimadas que se señala en el libro, donde también relata que no quiso asistir a un mitin en la plaza de Sant Jaume de Barcelona, "que llenamos de banderas españolas y catalanas", para que Rivera diera un discurso "muy emotivo". La entonces portavoz naranja en el Parlamento pedía en aquellos días que las intervenciones las pudieran hacer en catalán y no en castellano, "alguna cosa que también llamó mucho la atención".

El éxito de Ciudadanos se constató en las elecciones generales de abril de 2019 con 57 escaños en el Congreso. Hervías señala que la alegría invadia la sede del partido, pero no para todo el mundo, ya que según explica varios cargos del partido, parece que tenían otros planes. "Yo es que soy más Arrimadas que de Ciudadanos," dijo uno de los invitados. A partir de este momento, empezó la guerra abierta para conseguir la presidencia de Cs. Parecía que se llevaba tiempo buscando sustituir a Albert y algunos estaban esperando el momento oportuno para eso. La persona escogida para sustituirle tenía que ser Inés Arrimadas, que se había mostrado en varias ocasiones reticentes a la estrategia política que se marcaba," indica el autor del libro. "Personalmente, me gustaría creer que ella nunca fue conocedora de todo eso, aunque justo durante estas mismas semanas en las cuales a (Juan Carlos) Girauta le llegaba la información fue cuando, por lo visto, forzó su salida de Catalunya para irse a Madrid".

Dimisión de Albert Rivera, estalla Cs

En el libro también narra cómo se vivió la dimisión de Albert Rivera. "No aguanto más, dimito", fueron sus palabras de Rivera al empezar la reunión del Comité Ejecutivo al día siguiente de la derrota del 10-N. Inmediatamente, se empezaron a elaborar listas con los que se tenía que marchar con Rivera y como se podían repartir los cargos. Solo unos días más tarde, el 21 de noviembre de 2019, llegó el primer enfrentamiento entre Hervías y Arrimadas, cuando le comunicó que dejaba el cargo, todo y que, ofreció su ayuda. La respuesta de Arrimadas lo dejó noqueado. "Tengo todo mucho más controlado de lo que te piensas. No soy una mujer florer. No le tengo miedo a nada ni a nadie. No necesito que nadie me ayude. No le tengo inclinación en ninguna silla", afirmó. Hervías apunta que era una actitud "fanfarrona, desafiadora y arrogante, incluso diría que fregando la mala educación". Cuatro días más tarde reculó y le pidió que no se marchara, y aguantó hasta febrero de 2020.

En mayo de 2020 se produjo una primera rebelión interna. Juan Carlos Girauta y Carina Mejías, eran las primeras bajas, que siguieron a Pablo Cambronero y Marta Martín. Desde el equipo del gobierno de Arrimadas se advertía que "hay que ser moderados con el Gobierno, que estamos consiguiendo acuerdos con ellos." En varias votaciones, se cambió "a última hora el sentido del voto para hacer guiños al Gobierno". Consideraban que la estrategia de Rivera era mala, y por eso configuraban otro camino. Arrimadas aprobó los presupuestos y quería retirar el veto a la ley Celáa. "En muchos nos resultaba deplorable y humillante ver cómo, poco a poco, convertían a Cs en un partido político más al servicio del poder y del sanxisme", se queja Herviás. "Pisaron, sin inmutarse, los valores y principios de un proyecto que nos costó sudor y lágrimas construir en toda España," sentencia. Finalmente, dejó Cs para incorporarse al PP "sin cargo político".