La expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha presentado, a través de sus abogados, un escrito para recusar a los magistrados del Supremo Manuel Marchena Gómez –presidente de la sala–, Andrés Martínez Arrieta, Juan Ramón Berdugo Gómez de la Torre, Luciano Varela Castro y Antonio del Moral García, que la tendrían que juzgar por el 1-O junto al resto de encausados. Forcadell se une, así, a los procedimientos que también han puesto en marcha Junqueras, Romeva, Turull, Rull y Sànchez de recusación de los jueces.

Forcadell alega elementos formales y de participación de los magistrados en la instrucción, y sobre todo centra la argumentación en intentar demostrar la falta de imparcialidad que considera que tendría que tener su juicio.

El escrito de recusación de los jueces del Supremo apela al conocimiento que los jueces han tenido de hechos, escritos judiciales e informes de la fiscalía durante la instrucción, insistiendo así que el procedimiento del juicio se podría ver afectado por este motivo. Además, afianza sobre todo la recusación en una imparcialidad que echa a faltar en los magistrados por "haber dado ya por supuestas casi todas, muchas o algunas de las valoraciones fácticas y jurídicas efectuadas por el ministerio fiscal en su querella", y cree que eso "implica necesariamente una objetiva apariencia de pérdida de imparcialidad". "Los magistrados han efectuado un análisis de los hechos y han realizado una interpretación nueva, arbitraria y extensiva sobre la asunción de competencia, que ha comportado alterar indebidamente el aforo ordinario de la representada, vulnerando así su derecho al juez ordinario predeterminado por ley", asegura la abogada de Forcadell en el escrito.

Los plazos

El Tribunal Supremo tiene previsto decidir la primera semana de septiembre si recusa a los magistrados que tienen que juzgar la causa del proceso, según fuentes jurídicas. El tribunal ha recibido las peticiones de once procesados que afirman que el tribunal que los tiene que sentar en el banquillo de los acusados no es imparcial y, por lo tanto, solicita que se cambien los cinco jueces que lo conforman. La decisión la tendrá que tomar la llamada Sala del 61, que se encarga de este tipo de incidentes de recusación. El instructor designado es el magistrado Vicente Magro, que se encargará de recopilar toda la información: los incidentes de recusación presentados por las defensas y las alegaciones hechas por la fiscalía (que ya se ha opuesto) y por los mismos magistrados que se quieren recusar.

El Tribunal Supremo ha recibido hasta ahora seis peticiones de recusación. Por una parte, la presentada por la defensa de Rull, Turull y Sànchez (a la que se ha adherido Forn); otra de Romeva y Junqueras; una tercera de Puigdemont, Monte y Pontsatí, y tres más de individuales presentadas por los letrados de Forcadell, Borràs y Cuixart.