La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha dicho que "nos tenemos que plantar como país" ante las suspensiones que el Tribunal Constitucional impone al debate en el Parlament de Catalunya. Forcadell ha equiparado las prohibiciones a la comisión del Procés Constituent y a su debate a la limitación de la libertad de expresión y la censura a los medios de comunicación y se ha preguntado "si el Estado quiere que el Parlament se autocensure".

"No podemos permitir la censura en la prensa ni tampoco a los representantes de la ciudadanía ni a sus instituciones. En el Parlament se tiene que poder debatir de todo", ha remachado.

Forcadell ha intervenido en el Foro del Consell de l'Audiovisual de Catalunya, en la Pedrera de Barcelona, que ha celebrado este miércoles su 30ª sesión.

Las suspensiones del Constitucional, para la presidenta, son "un ataque al sistema parlamentario, a los derechos políticos de toda la ciudadanía. El Estado prueba así que quiere coartar la libertad de los diputados".

Forcadell, muy contundente, se ha preguntado si el Estado "pretende que la Mesa haga una censura previa del trabajo de los diputados. ¿Pretenden llevarnos a la autocensura? Querrían que se dejara de debatir de aquello que les molesta. Tenemos que plantarnos como país. Los medios y sus profesionales tienen que ser libres; el Parlament también. No nos podemos permitir perder esta lucha, que está en nuestras manos. Depende de nuestra firmeza".

El Parlamento en el centro

En el arranque de su intervención, la presidenta ha hablado de las relaciones entre Parlament y medios y ha recordado, con picardía, que "la pérdida de mayorías ha transformado el Parlament de centro simbólico a centro real de la vida política catalana". De hecho, la concentración de periodistas que antes era habitual en las dependencias del Govern se ha trasladado al Palau del Parlament, en la Ciutadella.

Forcadell ha insistido a los periodistas: "pregunten, vayan más allá del discurso preparado de los representantes políticos. Es legítimo querer influir en la vida política [desde los medios] pero no vale todo. Hay que mantener criterios de veracidad y ética periodística". Inmediatamente, mirando hacia el otro lado, ha pedido a los partidos "que no los manipulen [a los periodistas]" y ha puesto como "ejemplo de pésima practica" la cobertura que algunos han hecho de las conversaciones entre el ministro Fernández Díaz y el exdirector de Antifrau Daniel de Alfonso.

Males de la urgencia

También ha advertido que la prisa y la urgencia actuales hacen que "vivamos en el olvido permanente e inmediato de lo que es noticia. No nos detenemos en su conclusión, en sus efectos. Recibimos un montón de información incompleta. No hay tiempo para reflexionar ni mucho espacio para la argumentación sólida ni para preguntarnos por los porqués". Ha puesto como ejemplo, sin decir nombres, "a algunos partidos que se presentan [ante los periodistas] para fijar posición" sobre propuestas legales que se debaten en el Parlament "sin haberse leído los papeles".

Para la Presidenta, en ese entorno "mantenemos la atención pero sale perdiendo la cultura política del país. Alimentamos el carácter efímero y poco sólido del debate político". Además, este ambiente de prisa "pone una presión innecesaria a la vida política, dificulta la negociación, el debate y el acuerdo. La política pide más flexibilidad y no enrocarse en la dinámica gobierno-oposición".

Ha recordado que la crisis económica y la crisis del sector han dejado "a los medios supervivientes en situación vulnerable y con dificultades para mantener su independencia". A pesar de todo, "con su firmeza preservan la salud democràtica del país", ha dicho, antes de pedir "un periodismo de servicio público con rigor y veracidad".