La Fiscalía General del Estado ha expresado hoy su solidaridad y apoyo a los fiscales de Catalunya y especialmente a la fiscal jefe provincial de Barcelona, Anna Maria Magaldi, y ha lamentado "el acoso y los insultos" que habrían recibido con ocasión del juicio del expresident de la Generalitat Artur Mas.

Fue el viernes al mediodía, en la pausa que se hizo a la hora de comer, que la fiscal jefe de Barcelona salió por la puerta principal mientras se oían algunos gritos contra el sistema judicial: "Fuera, fuera, fuera la justicia española". Mientras, Magaldi encendía un cigarrillo y se iba. Es justo el momento que recoge la secuencia.

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Magaldi siguió el juicio cada día desde primera fila, justo detrás de los acusados y testigos, y en algunos momentos hizo comentarios durante las declaraciones y varios gestos de cara y movimientos de cabeza. El viernes al mediodía se fue y ya no volvió a la sesión de la tarde, cuando el juicio quedó visto para sentencia después del último turno de palabra de los tres acusados.

Hoy, en un comunicado la Fiscalía rechaza la actitud de "un grupo de radicales concentrados en las puertas del Palau de Justícia después de la finalización de la penúltima sesión del juicio contra el expresident Mas y dos exconselleres de su gobierno" por desobedecer al Tribunal Constitucional al celebrar la consulta independentista del 9-N.

La Fiscalía General del Estado ha trasladado a la sociedad "su profunda preocupación por los intentos de presionar a la justicia en su tarea de hacer prevalecer el imperio de la ley".

Al mismo tiempo, "reafirma el compromiso de los fiscales con este cumplimiento de la legalidad frente a los que siguiendo la irracional aventura de la falta de respeto al estado de derecho intentan imponerse, mediante la violencia y el insulto, a los que ponen su dedicación al servicio de la libertad de todos los ciudadanos".

Concluye señalando que esta libertad "sólo es posible desde el respeto a la vigencia del ordenamiento jurídico".

La secuencia de los hechos

El viernes al mediodía, cerca de las dos de la tarde, el tribunal del caso 9-N levanta la sesión para hacer la pausa para comer.

Los medios gráficos salen a la puerta para captar las imágenes los tres acusados ​​saliendo del Palau de Justícia, y entre las salidas, captan la de la fiscal jefe de Barcelona, ​​Anna Maria Magaldi. Magaldi sale en medio de los gritos que estos días se han oído en las puertas del TSJC: "Fuera, fuera, fuera, la justicia española".

Según los fotógrafos que han estado cada día siguiendo el juicio, los gritos se han repetido en todas las sesiones y indiscriminadamente. Incluso gritaban cuando salían los abogados de los acusados.

Magaldi baja las escaleras fumando y se detiene en la acera mirando desafiante un grupo reducido de personas que grita. "No se ha oído ningún insulto", remarca uno de los fotógrafos que vio el momento. En el momento en que la fiscal jefe de Barcelona se mira el grupo, éste sube el tono de los gritos y Magaldi marcha paseo Lluís Companys arriba.

Las imágenes grabadas se detienen aquí, pero, a la altura de la calle Almogàvers, un joven se acerca a Ana María Magaldi. Es uno de los jóvenes que estaba gritando frente al Palau de Justícia prácticamente cada día. Según testigos presenciales, el joven y la fiscal hablan y no se ve ningún tipo de tensión. Magaldi levanta el brazo y llama a un mosso. Se acerca un agente de seguridad ciudadana y al cabo de pocos minutos todo el mundo se va por su cuenta. Los mossos que hay en la esquina del Palau de Justícia miran la escena espectantes por si se les requiere, pero finalmente Magaldi y el joven se van, sin que tengan que intervenir.

Presencia insólita de fiscales

Insólitamente, el juicio del 9-N ha tenido un público poco habitual. Ana María Magaldi y el fiscal jefe de Catalunya, que firmó la querella que ha originado el juicio, han estado cada día sentados en primera fila. No es un hecho habitual.

Tampoco que varios fiscales hayan pasado por sala como supervisando el trabajo de su colega, Emilio Sánchez Ulled, fiscal anticorrupción, que la fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal, escogió expresamente para dirigir la acusación contra Artur Mas, Joana Ortega y Irene Rigau.

Por la sala de vistas del TSJC la semana pasada, durante el juicio del 9-N, pasaron desde la fiscal del jurado popular, Teresa Duerto, hasta el de Odio y Discriminación, Miguel Ángel Aguilar.