Cuando el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, ha entrado en un restaurante del upper Diagonal para comer con la presidenta del PP catalán, Alícia Sánchez Camacho, no han pasado desapercibidos. Los dos personajes son de sobras conocidos y el escándalo que ayer estalló a raíz de la filtración de conversaciones entre el titular de Interior y el responsable de la Oficina Antifrau, Daniel de Alfonso, han hecho que el candidato popular se convierta en uno de los rostros más perseguidos las últimas horas. 

El camarero le ha ofrecido una mesa en medio del comedor como si la tormenta hubiera quedado aparcada fuera del local. Como si los policías que blindaban la calle e identificaban a los periodistas que se acercaban hubieran conseguido contener la polémica.

Pero el ministro ha dicho que no, que quería un reservado. El momento es demasiado trascendente para el PP y para el Gobierno en funciones y el candidato catalán, sobre el cual han llovido las peticiones de dimisión a lo largo de la mañana, tenía que abordar con discreción la situación. La escena no se podía ventilar en medio del comedor. A la comida se han sumado Xavier García Albiol i Jordi Cornet, de la cúpula del PP, además del hermano del candidato Alberto Fernández.

Jorge Fernández Díaz, este mediodía en el reservado del restaurante donde se ha reunido con Alícia Sánchez Camacho / Sergi Alcàzar

Los comensales han sido ubicados en un reservado del local. La discreción, sin embargo, no ha impedido que alguno de los clientes asegure haber escuchado una conversación acalorada entre los dos políticos populares.

Al ser preguntada por este diario, la presidenta del PP ha negado de manera categórica que hubiera habido "en absoluto" ninguna discusión. No obstante, la tensión alrededor del cabeza de lista popular es innegable. Quizás ha habido algún momento en que alguien se ha expresado de manera más apasionada, argumenta uno de los presentes, que, sin embargo, niega ninguna confrontación. Precisament, l'objectiu de la cita era, insisteixen, fer costat al candidat.

Según Sánchez Camacho, la cita estaba ya prevista y el objetivo era planear el cierre de la campaña. Lo que nadie niega es que será un tramo final de la carrera electoral muy diferente a lo que habían programado.

Al acabar la comida, el ministro todavía tenía más compromisos en este mismo restaurante, donde ha convocado un diario madrileño de capital catalán para hacerle una entrevista. Una conversación periodística privilegiada después de que el ministro ha reducido a unas declaraciones su reacción de hoy ante el escándalo. Posiblemente no es casual que este privilegio se haya concedido al diario que dirige un recientemente nombrado comisario honorario de la Policía Nacional, Francisco Marhuenda.

El cabeza de lista incluso ha anulado el habitual viaje con el autocar de campaña que lleva a los periodistas a los actos y que tenía previsto para esta mañana.

Hoy el PP ha conseguido contener el escándalo a los medios tradicionales, pero los digitales siguen presionar y la polémica amenaza con desbordarse.

 

(Foto de portada: Jorge Fernández, llegando al restaurante / Sergi Alcàzar)