No ha sido un gran día del catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Barcelona, Francesc de Carreras. Este miércoles, en su columna de El País, compara nacionalismo y feminismo y ninguno de ambos queda bien. Habla del "carácter crecientemente dogmático y fundamentalista de los dos movimientos al devenir ideologías y creencias cerradas que no admiten discusión". Carreras es también fundador de Ciudadanos (Cs) y uno de sus ideólogos.

El autor pronto explica que se refiere al nacionalismo catalán, que "se incubó en tiempos de Pujol con una intolerancia...", etcétera, y lo equipara con las reacciones a la sentencia ("discutible", aclara) de La Manada, donde "sin estudiar las pruebas, los manifestantes ya habían dictado veredicto", es decir que acusa a las manifestaciones de estar preparadas antes de la sentencia. "¿Cuál es el hilo que conecta feminismo y nacionalismo?", se pregunta. Respuesta: "La creencia en una identidad colectiva, sea el género mujer, sea la nación".

"¡En una primera lectura rápida del artículo, mi cabeza automáticamente ha acabado la frase 'La creencia en una identidad colectiva es el hilo que conecta feminismo y nacionalismo' con un '...y madridismo y charlesmansonismo...', no te fastidia!", dice Isabel Sucunza, librera (La Calders) y escritora. "Esta afirmación dice más de la cabeza que ha puesto en relación esos dos términos que de los dos términos en sí".

Ni una palabra

La coincidencia en que Carreras no sabe ni pizca de feminismo es entre intensa y vehemente entre otras colaboradoras de El Nacional que han leído la columna: Júlia Trias, Gina Driéguez, Marta Roqueta, Marina Porras y Laura Huerga.

"Esta columna", dice Trias, miembro de Iridia-Centro para la Defensa de los Derechos Humanos, "es uno de los ejemplos más ilustrativos de lo que se llama mansplaining: un hombre hablando sobre el movimiento feminista con signos evidentes y claros de no saber de qué habla. Nada más lejos de un movimiento dogmático y fundamentalista que el feminismo, que es reivindicado de muchas formas diferentes y desde muchos lugares diferentes y está en constante proceso de debate y redefinición".

Trias pone un ejemplo: "la perspectiva de género interseccional cuestiona que la categoría "mujer "pueda ser homogénea y que pueda hablarse de que todas comparten esencialmente las mismas experiencias de vida cuando los mecanismos de opresión son diversos y están interrelacionados, como el racismo o la xenofobia".

Roqueta, editora de Zena, insiste en la ignorancia en hablar de feminismo en singular. "Característica del pensamiento y práctica feministas es su gran variedad, que a menudo resultan contradictorios. Este artículo lo ha escrito alguien que tiene una identidad y una forma de ver el mundo hegemónica en dos aspectos: el de género (es hombre) y el nacional (españolista con una marcada visión castellanocéntrica). Es normal que le parezca que nacionalismo catalán y feminismo comparten puntos negativos. Ambos cuestionan los acuerdos sobre los que hemos establecido las relaciones sociales, que algunos creen que no son sólo derechos, sino la forma racional y deseable de organizar la sociedad".

A Porras, librera (L'Ombra) y crítica literaria, le da la impresión que "su interés oculto es montar un relato del nacionalismo como dogma excluyente, y utiliza para eso todo lo que tiene a mano. Ahora el feminismo, mañana el animalismo... Yo no me siento atacada como mujer por este artículo. Simplemente, me parece una burrada de abuelo senil". Sin muchas concesiones, añade: "encuentro que cada vez hacen artículos más cutres. Podrías tomar todos los artículos de El País sobre nacionalismo e intercambiar frases y seguirían cuadrando, porque todo se reduce a querer equiparar el nacionalismo a una ideología fanática".

Seleccionar el nacionalismo

La historiadora Driéguez, corrige a Carreras: así como el nacionalismo no es fruto del odio a los otros sino de la propia conciencia como pueblo, el feminismo no es una ideología contra el hombre sino contra una estructura social patriarcal. Ni feminismo ni nacionalismo tratan de una identidad colectiva. La identidad es individual y privada. A partir de las experiencias individuales de todas, el feminismo se convierte en lucha colectiva".

El catedrático "deja de lado cosas tan básicas como que nacionalista te haces; mujer, en cambio, hasta hace muy poco, a nadie se le había reconocido el derecho a hacerse; o que si estábamos dispuestas a protestar desde antes de que se hiciera pública la sentencia es porque venimos de décadas de sentencias similares", dice Sucunza. "Este opinador tuvo una idea absolutamente idiota sobre la cual terminó un artículo igual de idiota pero peligroso, por insidioso, además de indocumentado, contra el feminismo y el nacionalismo a partes iguales", remacha.

La editora Huerga (Rayo Verde), recuerda con ironía el criterio selectivo de Carreras a la hora de escoger nacionalismo. "El feminismo no acepta discusión en cuanto a su necesidad pero sí en su diversidad y formas de comprenderlo. Es el movimiento más transversal y transformador que tenemos, y también lo que defiende más libertades y más igualdad para todo el mundo. En la construcción de una nueva república es indispensable para combatir de cara las desigualdades y distanciarse de la práctica de ciertos nacionalismos, por ejemplo, el español".

"Lo más preocupante del tono de esta columna es que no parece fruto de la desinformación", añade Trias en esa línea, dando vuelta a los argumentos de Carreras como un calcetín. "Precisamente discursos como los de esta columna, pero también actitudes, comentarios, roles, relaciones, anuncios, chistes, asesinatos, violaciones y resoluciones judiciales forman parte, entre otros muchos, de los mecanismos que sustentan la arquitectura misógina y machista en que vivimos".

La columna ha recibido collejas y comentarios menos halagüeños procedentes de otras voces y ambientes:

Arcadi Espada

Francesc de Carreras ha acabado en el vecindario de otro de los principales mentores e ideólogos de Ciudadanos: Arcadi Espada. La semana pasada, en El Programa de A.R., Espada exigió que se examinara la vida sexual de la víctima de La Manada e incluso que se publicaran vídeos sobre ella. Queda en el aire la cuestión de si esta manera de ver las cosas es el motivo por el que Albert Rivera y Inés Arrimadas tardaron casi siete horas en reaccionar, sin subir ni bajar, a la sentencia de La Manada.

Hay aquella frase inglesa, fools never differ ("los bobos no se distinguen"), con que se suele responder a otra (great minds think alike, "los grandes cerebros coinciden"). En italiano dicen I ucelli delle stesse penne volano insieme ("los pájaros de igual plumaje vuelan juntos"). En francés, Las oiseaux de la même couleur ont la coutume de se mettre ensemble ("los pájaros del mismo color acostumbran a ir juntos"). Els que s'assemblen es troben, es un equivalente en catalán. En castellano és más al grano: Dios los cría y ellos se juntan.