El rey Felipe VI ha subrayado en un discurso esta noche ante el presidente chino, Xi Jinping, el "mutuo compromiso" de España y la China con los principios de "unidad nacional e integridad territorial". El monarca se ha felicitado de que hayan construido en las últimas décadas una relación mutua "basada en el respeto", y con voluntad de crecer conjuntamente.

China es conocida por la represión a la que somete a minorías nacionales como los uigures, para los que ha puesto en marcha incluso centros de reeducación, así como también los kazacos y qué decir de los habitantes del Tíbet. Amnistía Internacional ha denunciado en numerosas ocasiones estas vulneraciones de los derechos humanos.

El rey de España ha transmitido su mensaje en una cena de gala que ha ofrecido en el Palacio Real de Madrid a Xi Jinping, cuando ha acabado su visita de Estado a España, que según Felipe VI ha permitido "la consolidación del diálogo amigo con China".

Según el Rey, los dos Estados comparten posiciones similares con respecto a la lucha contra el cambio climático, la promoción de la paz y la seguridad en África, el multilateralismo y "la promoción de un sistema de comercio abierto del que se benefician de la misma manera todos los actores".

En la voluntad de equiparar España y China, Felipe VI los ha definido literalmente "como dos de los Estados más antiguos del planeta", y ha destacado también "el interés que tiene la sociedad china por el idioma español".

El monarca no ha evitado hacer una mención críptica, citando el Tratado de las siete victorias del jesuita Diego de Pantoja: "Aquel que quiera renovarse profundamente, tiene que despojarse de lo que sea antiguo y hacer provisión de lo nuevo". No ha aclarado a qué se refería.