El líder del Partir Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha endurecido su discurso en plenas negociaciones del PSOE con el independentismo catalán para la investidura de Pedro Sánchez. Con la amnistía en discusión, Feijóo ha recuperado un clásico de su partido, que consiste en equiparar la situación de España con la de los Balcanes durante la década de los 90. "España organizó su diversidad alejándose tanto del centralismo como de unos nacionalismos que nos llevan a la Edad Media o a un horizonte similar al de los Balcanes," ha afirmado en un discurso este lunes que ha servido para presentar a la presidenta de las Islas Baleares, Marga Prohens, durante un desayuno informativo en Madrid.

Las referencias a la desintegración de Yugoslavia, que propició una guerra civil en la última década del siglo XX, hicieron fortuna durante los meses más intensos del otoño de 2017. Incluso las afirmaciones que hablaban de la ulsterización de la situación en Catalunya, en referencia al enfrentamiento político, social y civil vivido por la vía de las armas en Irlanda del Norte durante la segunda mitad del siglo pasado entre católicos nacionalistas y unionistas protestantes. En este caso, tras la victoria insuficiente del PP en las elecciones del 23 de julio, Feijóo ya utilizó este símil. "No podemos permitir que el país se balcanice", afirmó entonces ante la Junta Directiva del PP.

Después de haber fracasado en su intento de investidura y ante un panorama en que queda fuera de juego, Feijóo demoniza cualquier pacto entre el PSOE y formaciones independentistas catalanas y vascas. El foco apunta de entrada al despliegue de la ley de amnistía que está encima de la mesa. Feijóo considera que es "una anomalía pactar el gobierno con quien quiere romper el país", que "se someta a la arbitrariedad legal, la amnistía" y "a una cuestión inconstitucional, un referéndum de autodeterminación". También cree que es "una anomalía que se pase por caja y que se someta a los privilegios económicos que pagan unos y utilizan otros". El PP ha prometido emprender una ofensiva legal, política, social y constitucional para frenar o ralentizar la aprobación de la posible ley.

Por ahora, Sánchez tiene el apoyo garantizado de EH Bildu, con quien se reunió el viernes en la considerada por el PP "la imagen de la vergüenza". Por eso, el líder del PP ha insistido en el relato de las "anomalías". "Es una anomalía que un partido heredero de una banda terrorista se convierta en el puntal de una investidura. Nunca pensamos que veríamos a un candidato a la presidencia manifestar su pleitesía a diputados de Bildu", ha afirmado el jefe de filas de los populares, quien también se ha dirigido a los votantes del PSOE. "A quienes les votaron para combatir a los extremismos que ahora ven amparados les digo que mi partido es un seguro y que los defenderemos hasta las últimas consecuencias".