Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo han vuelto a enzarzarse dialécticamente este sábado en el Congreso de los Diputados, donde se celebra el 47 aniversario de la Constitución. El primero en tomar la palabra a su llegada a la cámara baja ha sido el líder del PP, que ha acusado al presidente del Gobierno de “degradar” la Carta Magna. El popular ha comenzado su discurso con agradecimientos dedicados a los ‘padres’ de la Constitución por la elaboración de este texto, así como al rey Felipe VI. “Pero no puedo agradecerle, y lo lamento, al Gobierno de España su defensa, porque no lo está haciendo; es el ejecutivo que más la ha criticado; nunca habíamos tenido un gobierno que la degradara tanto”, ha manifestado. El líder del PP se ha comprometido, también, a “ofrecer una época reconstituyente del texto y de la política constitucional” si se convierte en el próximo presidente del Gobierno. “Trabajaremos para que en su 50 aniversario haya un gobierno constitucionalista con mensajes de diálogo y tolerancia”, ha manifestado.

Justo después ha sido el turno de Sánchez. El presidente del Gobierno ha lamentado que, antes de él, la prensa ha podido escuchar las proclamas de los “profetas del desastre”. “Son los que dicen que España camina hacia una dictadura, que se hunde y se rompe; y es curioso que estos que dicen todo eso son precisamente los nostálgicos de la dictadura, sus herederos o los mismos que pactan con ellos”, ha manifestado. El líder socialista ha destacado también los buenos datos macroeconómicos del Estado y ha querido destacar dos artículos de la Carta Magna en este 47º aniversario: el 43, aquel que habla de la obligatoriedad de los servidores públicos de respetar la Sanidad Pública, y el 10, aquel que reivindica la Declaración Universal de los Derechos Humanos

Este 47º aniversario de la Constitución se celebra en plena debilidad (o insuficiencia) aritmética de Sánchez. Ya hace más de un mes que Junts per Catalunya decretó que se situaba en la oposición en el Congreso de los Diputados y que solo acabaría de negociar y aprobar aquellas medidas que ya habían sido previamente pactadas con los socialistas. Esto ha provocado que los independentistas hayan tumbado medidas como la senda de déficit o que incluso se hayan abstenido en la convalidación del decreto ley de ayudas para los afectados de la DANA en el País Valencià.

El presidente español se ha visto obligado a mover ficha. Esta semana ha anunciado el cumplimiento de una batería de acuerdos pendientes con el partido de Carles Puigdemont que tienen que ver con vivienda, digitalización en las empresas, competencias sobre ocupación y flexibilidad financiera para ayuntamientos. No ha habido avances, sin embargo, en las tres principales carpetas pendientes de cumplir: oficialidad del catalán en la Unión Europea, delegación de competencias en inmigración y aplicación plena de la ley de amnistía.

Este sábado, de todos modos, ni Junts ni el resto de formaciones independentistas que tienen representación en la cámara baja —ERC, Bildu y PNV— han estado presentes en el acto de conmemoración de la Constitución. Tampoco ha hecho acto de presencia Vox, un partido que también optó por ausentarse hace un par de semanas en el acto que organizaba el Congreso para conmemorar el cincuenta aniversario de la muerte de Francisco Franco.