La existencia de la Fundación Francisco Franco, las calles dedicadas a figuras directamente relacionadas con la dictadura o las polémicas declaraciones del vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, avisando a Puigdemont de que podría acabar como Companys, centran el interés de algunos expertos en memoria histórica. "Es un mal juicio a hacer. No es responsable hablar sobre ejecuciones en una democracia", dice a la ACN el presidente de la plataforma europea Memoria y Conciencia, Göran Lindblad. Coincidiendo con una semana en qué el contexto político catalán ha servido de revulsivo para llenar las calles de Madrid el día de la Hispanidad y en que han tenido lugar manifestaciones ultras, expertos en memoria histórica recalcan a la ACN la importancia de que los regímenes totalitarios sean estudiados a las escuelas pero, por el contrario, no tengan lugar ni a la calle ni a la política. Stéphane Michonneau, profesor de historia contemporánea y especialista en historia de España afirma que "los adeptos al franquismo todavía no están completamente desaparecidos" y que la memoria del franquismo, de alguna manera, todavía vive. En la misma línea, el eurodiputado búlgaro Andrey Kovatchev, del Partido Popular Europeo, indica que los símbolos de regímenes totalitarios se tendrían que prohibir y no tendrían que ser parte de una "sociedad democrática".

"La prohibición tendría que ser un elemento importante para la reconciliación nacional con la historia", reflexiona al europarlamentario. Kovatchev señala, en relación a las declaraciones de Pablo Casado, que es "responsabilidad" de los países democráticos "pronunciarse por los valores del Consejo de Europa". "Nunca tendríamos que repetir lo que sucedió durante las dictaduras", sentencia. Por su parte, Lindblad explica que ningún país, al margen de Sudáfrica, ha sido capaz de tratar de manera "amigable" con su pasado oscuro. "Siempre hay problemas cuando no se ha gestionado de manera adecuada un pasado totalitario", afirma.

Michonneau indica que en España el régimen de la Transición no lo ha "resuelto" todo y explica que los catalanes vivieron el franquismo de manera "diferente" a los españoles. "En Catalunya se vive el franquismo como un paréntesis", reflexiona. "La existencia de la Generalitat durante los años 30 y hoy en día mujer a los catalanes un sentido de continuidad entre la historia democrática de los años 30 y la actualidad", cita como ejemplo. Además, afirma que mientras en Catalunya se "cortó" con el franquismo muy rápidamente, en el resto del estado español todavía quedan aspectos del régimen en las calles. "En Madrid hace muy poco que se habla de sacar los nombres franquistas de las calles", subraya. En este sentido, afirma, no lo"sorprende" que se puedan ver algunas banderas franquistas en manifestaciones como las de los últimos días.

Para el profesor Michonneau, el nacionalismo español es "complicado" de "reivindicar" dado que este "ha sido utilizado y abusado" por el franquismo. "Por este motivo, la derecha española se refugia en lo que yo llamaría una especie de patriotismo constitucional que considera la Constitución como un punto final", explica.

Por su parte, Kovatchev indica que es "importante" que la memoria de las dictaduras sea "preservada" en los centros educativos pero no en los espacios públicos. En este sentido, el búlgaro destaca la importancia de aprender la historia nacional para evitar posibles repeticiones. "Es muy importante que las nuevas generaciones aprendan en las escuelas la verdad de su historia. Sólo así serán inmunes a la repetición de esta parte oscura de la historia europea", afirma.

A diferencia de Kovatchev, Lindblad defiende que "cualquier" idea política tiene que poder expresarse en las calles, pero matiza que aquellas acciones que puedan "herir" u "ofender" familiares o víctimas de los regímenes totalitarios no tendrían que ser "permitidas". "Es una balanza entre tener una legislación que prohíba este tipo de comportamiento pero que al mismo tiempo permita que cada grupo pueda expresar sus ideas", explica el presidente de la plataforma Memoria y Conciencia."Es importante para las víctimas del franquismo y para sus familias que las autoridades traten con los culpables y hagan justicia", afirma Lindblad. Sin embargo, no duda al afirmar de que España, como muchos otros países, no ha sido capaz de tratar de forma adecuada con su pasado totalitario.