Una cuarentena de eurodiputados han pedido hoy a la nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que se implique de forma activa en la resolución del conflicto político entre Catalunya y el estado español.

El escrito, impulsado por la eurodiputada Diana Riba, ha contado con los apoyos al grupo de Los Verdes/Alianza Libre Europea, de los socialistas eslovenos y los independentistas flamencos de Nueva Alianza Europea. Entre los eurodiputados firmantes están el corso François Alfonsi (Greens/EFA), los irlandeses Matt Carthy y Clare Daly, las ecologistas Karima Delli, Tineke Strik y Caroline Roose o los socialistas eslovenos Milan Brglz y Tanja Fajon. También han dado su apoyo Geert Bourgeois y Johan Van Overtveldt, del N-VA. Destaca, además, la firma de los eurodiputados electos sin escaño Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Toni Comín.

En la carta —que ha sido enviada a la nueva presidenta justo después de que la Eurocámara haya dado el visto bueno a su ejecutivo— piden que "dé apoyo a una mediación internacional" para "encontrar una solución política en Catalunya que respete la voluntad de la gente" y con "los cambios necesarios en el sistema legal español". En la misma línea piden al nuevo gobierno que garantice "la protección de los derechos fundamentales y humanos en España" para no "dar precedentes" a países no democráticos.

"Este asunto interno europeo tendría que poder contar con una solución liderada por Europa", defiende la carta.

Los eurodiputados han pedido una mediación internacional que pueda ayudar "a las dos partes" a encontrar una solución al asunto catalán y que esté en contra del uso de la fuerza excesiva e innecesaria. Por otra parte, los firmantes quieren que la Comisión Von der Leyen pida a España el "cumplimiento" de las resoluciones de organismos vinculados a la ONU, como la petición de liberación de los presos del Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias.

El grupo de eurodiputados exige que los líderes europeos no se queden callados sobre el asunto catalán cuando no lo hacen "sobre problemas que afectan a otros estados miembros". "Si Europa no puede defender los derechos humanos dentro de Europa, perderá su razón de ser y tendrá que dejar de hacer sermones a otros países", alertan.