Fijar la fecha del debate de investidura para el día 30 de agosto tiene, de rebote, el efecto que en caso de no prosperar la elección del candidato Mariano Rajoy se abre un periodo que indefectiblemente lleva a la celebración de nuevas elecciones, las terceras, en una fecha tan señalada como el 25 de diciembre, el día de Navidad.

Efectivamente, una vez comunicada por la presidenta del Congreso, Ana Pastor, la fecha de inicio del debate de investidura para el 30 de agosto, el calendario hasta llegar a las elecciones de Navidad es el siguiente: el día 31 de agosto se procederá a efectuar la primera votación, que pide mayoría absoluta para investir al candidato; en caso de no conseguir 176 votos favorables –de momento Rajoy sólo contaría con 169 gracias al acuerdo con C's–, al cabo de 48 horas, el 2 de septiembre, se haría la segunda votación, que pide mayoría simple –aquí las abstenciones o las ausencias de otros grupos tendrían una importancia primordial.

Si el debate de investidura acaba sin éxito se abre un plazo de dos meses para que un candidato –el mismo u otro, de cualquier partido– vuelva a presentarse a la investidura. En caso contrario el 1 de noviembre se convocarían elecciones, que tendrían lugar 54 días después, eso es el 25 de diciembre. En este caso la campaña electoral empezaría la medianoche del 8 de diciembre y finalizaría, también a medianoche, el 23 de diciembre.

"¡A casa por Navidad!"

La posibilidad de votar en Navidad, que de ninguna manera puede haber pasado desapercibida ni al candidato Rajoy ni a la presidenta Pastor, aparte de dar lugar a ocurrencias como la que ha tenido que oír el líder popular a la salida del Congreso, donde lo han increpado al grito de "¡a casa por Navidad!", ha sido interpretada como una estrategia de presión al PSOE, para forzarlo a cambiar su anunciado voto negativo.

De hecho, el PSOE tiene ahora doce días por delante antes de la celebración del debate, un margen para que decida si mantiene su 'no' a Rajoy o facilita la investidura. La estrategia en este sentido sería clara por parte del PP, capaz de culpar a los socialistas de forzar unas elecciones el día de Navidad.

Tanto es así que Podemos, ERC, PDC, En Comú Podem e IU han coincidido en interpretar la fecha de investidura como un instrumento de presión dirigido al PSOE, que, de hecho, el líder del PP en Catalunya, Xavier Garcia Albiol, ha corroborado vía Twitter responsabilizando de antemano a Pedro Sánchez de "enviar a 36.000.000 de españoles a repetir elecciones el día de Navidad".

 

A su vez, el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, ha avanzado las previsibles presiones en el seno del PSOE para hacer cambiar de opinión a Pedro Sánchez.

Una lectura similar ha hecho al portavoz parlamentario de En Comú Podem, Xavier Domènech, que ha afirmado que "presionar con unas terceras elecciones por Navidad para obligar a votar el PP es de ingeniería política nivel avanzado".

Por su parte, el coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha tildado de "nueva jugada de póquer" la estrategia del PP.

El portavoz de CDC en el Congreso, Francesc Homs, se ha mostrado convencido de que la fecha de investidura "está pensada para presionar más" a Pedro Sánchez.

Finalmente, el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, ha asegurado en declaraciones a los medios que la fecha escogida demuestra que el Gobierno español en funciones "sigue actuando en contra de los intereses de la ciudadanía" y que, en definitiva, se trata de un "vodevil" y un "sainete".