Coinciden El País y La Vanguardia al remarcar el buen momento de la venta de viviendas en España, especialmente de los usados. Vale la pena salir del redil de las portadas porque tiene gracia como cada diario habla del fenómeno en páginas interiores. El País no se complica mucho la vida, explica los hechos y no busca tres pies al gato: vuelve el ánsia de comprar vivienda, hay poca vivienda nueva, se compra más usada. Punto. La Vanguardia, en cambio, explica dos historias diferentes. En el editorial dice que el auge se debe al incremento del empleo, especialmente vía contratos indefinidos, porque la gente que cobra regularmente compra más vivienda y es mejor carne de hipoteca. En la información de la sección de Economía, en cambio, se atribuye el hecho al regreso de los extranjeros al mercado y al ahorro acumulado durante la pandemia. ¿Cuál es la realidad? Seguramente una combinación de todo, aunque la reforma de la reforma laboral se aprobó hace tan poco que resulta difícil creer que su impacto en el consumo haya sido tan grande. Bien. En cualquier caso, ambas portadas presentan una España como un lugar donde la solución a la crisis económica se abre más o menos camino, mal que bien, y la gente compra pisos, etcétera. Que los grupos de población con menos ingresos o más vulnerables no se beneficien tanto del boom... no es tema. La Vanguardia le dedica unas piadosas últimas líneas en el editorial y a otra cosa, mariposa.

Otra mirada de España aparece en los diarios del Trío de la Bencina (El Mundo, ABC, La Razón). España es un país que se ha entregado a celebrar la vuelta de Juan Carlos I, cuyo estado de ánimo y actividades son presentados abriendo la primera página como si se hubiera aparecido el Cid Campeador o Blas de Lezo reencarnado en la figura del emérito. ABC, por ejemplo, destaca una declaración de Juan Carlos: "Estoy muy contento". ¿Qué te parece? Qué señor tan avispado. El Mundo también destaca que el hombre está "contento" y añade el motivo: "de navegar por aguas españolas". ¿No es bonito este patriotismo tan hondo? La Razón se queja de las demandas de transparencia de los reales trapicheos hechos por los "socios de Pedro Sánchez", que quiere decir Podemos, los comunistas; Izquierda, los separatistas, y PNV y Bildu, los terroristas. Luis Maria Anson, en el mismo diario, lloriquea diciendo que hay "una campaña antimonárquica feroz". Válgame Dios.

Los mejores argumentos para una "campaña antimonárquica feroz", dirás, los ha proporcionado el mismo emérito con su comportamiento público, personal y, sobre todo, fiscal, que le ha obligado a marcharse dos años de España mientras todas las instituciones del Estado, incluida la prensa de Estado, se apresuraban a hacer desaparecer cualquier posibilidad de ajustar cuentas. Tú puedes pensar esto. Pero hay una versión alternativa: "El acoso al padre de Felipe VI, a quien de verdad quiere laminar es a Felipe VI," ha dejado escrito en ABC un conocido locutor. La de estos diarios es una versión de España peculiar, la España que se preocupa mucho, mucho, mucho del estado de ánimo de Juan Carlos, de si el hecho de estar en España le hace cosquillas o le hace levitar, de la mala educación que supone no dejarlo dormir en palacio y la desconsideración de tratar su advenimiento como una visita privada y no como un acto oficial. Quizás te gusta alguna de estas Españas. Aquí las tienes. Si no te gusta ninguna, sin embargo, aquí tienes un abrazo muy fuerte.

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