José Manuel Albares se ha estrenado hoy en una comisión parlamentaria en que ha tenido que defender la estrategia del Estado por la evacuación de Afganistán. En esta comparecencia Albares ha reiterado que el Gobierno no reconocerá un "régimen impuesto por la fuerza". Con todo, ha reconocido que quizás se tendrán que mantener "contactos operativos" con los talibanes para evacuar a aquellos afganos que corran peligro a su país.

Tal como avanzó la ministra de Defensa, a Margarita Robles, el Estado no pudo evacuar a todo el mundo y mucha gente se quedó en las puertas del aeropuerto. El Estado hizo la última operación el viernes, después del atentado de lo Estado Islámico en el aeropuerto Kabul, el primero desde que los talibanes tomaron el poder de la capital el domingo 15 de agosto.

Ausencia de Sánchez

El nuevo ministro de Exteriores en sustitución de Arantxa González Laya, ha defendido la gestión española entre críticas de los partidos, especialmente de Vox. Estas, sin embargo, se han centrado en el hecho de que no haya sido el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, quien haya dado explicaciones sobre el operativo. El diputado ultra Ivan Espinosa de los Monteros ha reprobado la actitud de Sánchez y ha recriminado que otros presidentes europeos sí que han explicado sus acciones.

Albares ha querido empezar su comparecencia asegurando que "la política exterior tiene que ser de Estado". De esta manera, ha criticado implícitamente las declaraciones de Pablo Casado y otros diputados del partido, en que han cuestionado las operaciones de evacuación y se han quejado de que desde el Gobierno han vivido la desgracia como una victoria. En este sentido, ha advertido que en la acción exterior "puede haber debate siempre hay un interés superior: España y los españoles".

Sin garantías

Según ha expuesto al ministro, las operaciones de evacuación acabaron el viernes, ya que después del atentado habían desaparecido todas las garantías de seguridad en el aeropuerto de Kabul, que dependían de la presencia de los Estados Unidos a la zona. En este sentido, ha remarcado que la operación acabó con 2.206 personas evacuadas.

El dispositivo se hizo, según ha explicado Albares, de manera escalonada: primero los españoles, después los colaboradores afganos y sus familias (parejas, hijos, padres y hermanas solteras) y, finalmente, personal local que ha colaborado con la Unión Europea, Estados Unidos y la OTAN. Además, los refugiados que, siguiendo las indicaciones de la ministra Robles, llevaban banderas rojas o gritaban '¡España!" en señal que querían ser evacuados, primero eran identificados por los GEO, después se les hacía una entrevista en los casos dudosos y finalmente se hablaba con Madrid para comprobar los datos.

Cs suave, Vox agresivo

Ciudadanos, uno de los partidos que había pedido la comparecencia del gobierno también ha lamentado la ausencia de Sánchez, pero sus críticas han sido mucho más suaves, ya que han defendido que "en la política no todo se vale". Por eso, han agradecido la tarea de los militares españoles, así como la figura de la ministra de Defensa. Con todo, creen que hay algunos aspectos del futuro de los refugiados que no se han aclarado.

En cambio, VOX ha sido muy agresivo, lamentando que no se haya priorizado la evacuación de los afganos cristianos, que tienen "más dificultades en sobrevivir bajo el nuevo régimen talibán". Además, creen que la acogida de refugiados es una medida propagandística que la sociedad española no puede asumir por la elevada presión migratoria que ya existe. Por eso, ha vuelto a proponer que sean países musulmanes quienes los reciban, reduciéndose así la posibilidad de acoger yihadistas. Además, Espinosa de los Monteros ha asegurado que, aunque las tropas de Estados Unidos tenían motivos para retirarse, Biden "ha abandonado el país" a los talibanes.

En la imagen principal, el ministro Albares a la comisión parlamentaria por la crisis del Afganistán / Efe