El Parlamento de Israel, la Knesset, se precipita a disolver el legislativo y convocar elecciones para el 2 de marzo, en lo que serán las terceras en menos de un año. La misma situación que se puede producir en Espanya si el presidente en funciones, Pedro Sánchez, no consigue formar una mayoría para ir a la investidura.

Los principales partidos israelíes han sido incapaces de formar un nuevo gobierno después del casi de empate entre el centrista Benny Gantz y el primer ministro en funciones Benjamín Netanyahu. A esta situación compleja se ha añadido ahora el proceso judicial por supuesto soborno que se ha abierto contra Netanyahu, que es uno de los políticos emblemáticos de Israel.

El plazo para convocar elecciones acaba a medianoche, pero los diputados ya han aprobado de forma preliminar el proyecto de ley que disolverá de forma inmediata la Knesset y convoca nuevas elecciones. Intentarán hacer todo el procedimiento antes de medianoche, que implicará varias votaciones consecutivas.

Los medios israelíes han mostrado el nerviosismo que había esta tarde en los pasillos de la Knesset, en una situación que escandaliza a los ciudadanos.

Si la convocatoria no consigue ser pactada, se irá automáticamente a elecciones el 10 de marzo, en plena festividad de Purim, de lejanas similitudes con el Carnaval, lo que en el país sería considerado un ridículo.