Los escritos de Jordi Turull y Josep Rull niegan en todo momento el alzamiento. Es el aval para evitar la condena por rebelión y describen que fueron meros agentes políticos que llevaron a término la voluntad del pueblo: "¿Es que se pretende sostener que fueron los nueve procesados desde sus despachos oficiales los que personalmente se alzaron públicamente los días de actuaciones?".

También ponen de relieve por qué unos miembros del Govern están procesados por rebelión y otros consellers y los organizadores del 1-O sólo por desobediencia: "Sólo los máximos responsables políticos independentistas estén en trámite por rebelión y que, en cambio, las restantes personas involucradas en la organización del referéndum el 1 de octubre estén siendo sólo investigadas por desobediencia en varios juzgados y tribunales de Catalunya".

Y critican que "nos encontremos ante la primera rebelión de la historia de la humanidad que tiene
'jefes principales' pero no 'meros participantes'".

Turull y Rull se desmarcan de los hechos del 20 de septiembre. El escrito detalla que Rull ni fue a la Conselleria d'Economia ni al CTTI, donde se hacían los registros. Estuvo en su despacho con los servicios jurídicos para dar cobertura legal a los funcionarios de la Generalitat.

 

El escrito de defensa de Jordi Turull y Josep Rull admite que, con respecto al 1-O, anunció el censo universal que permitía la votación. Pero remarca que eso permitía justamente evitar cualquier tipo de violencia: "Resulta muy elocuente que las acusaciones ignoren en sus respectivos escritos, a sabiendas, la activación del censo universal, dado que es la prueba más evidente y concluyente que en ningún momento desde el Govern de la Generalitat se fomentaron los enfrentamientos con la policía, sino todo lo contrario, se trató de evitar en todo momento que los ciudadanos acudieran a los centros donde había los cuerpos y fuerzas de seguridad para evitar posibles incidentes".

Y sobre el paro de país del 3 de octubre, el escrito describe como Turull pidió: "Sobre todo hoy, más pacíficos que nunca".

 

El escrito niega una vez y otra la violencia, porque justamente es lo que acreditaría el delito de rebelión: "No consta ningún episodio ―porque no se produjo― en que el hoy Honorable
Sr. Jordi Turull se alzara personalmente de manera violenta o tumultuaria o incitara a los ciudadanos a proceder de tal manera, sino todo lo contrario".