Jordi Sànchez relata en su escrito de defensa como todo lo que hizo el 20 de septiembre ante la concentración de la Conselleria d'Economia no chocó con las advertencias de las autoridades judiciales ni policiales: "Ni la ANC ni el Ilmo. Sr. Jordi Sànchez nunca recibieron personalmente requerimiento de la autoridad judicial para abstenerse de realizar comportamiento alguno, aunque durante las semanas previas al referéndum fue notoria y pública la actividad en actos de campaña a favor de la participación y del voto afirmativo en este referéndum".

También insiste en que en ningún caso se impidió el registro: "Lo que tuvo lugar aquel día fue, exclusivamente, un acto de manifestación en protesta por el hecho de que un juzgado de Barcelona hubiera ordenado el registro de una sede de la administración catalana".

Y que la comitiva judicial no estuvo en riesgo en ningún momento: "La comisión judicial pudo culminar su función y abandonar el lugar sin sufrir ningún arañazo y sin haber estado expuesta
a ningún riesgo".

La defensa repasa todas las "movilizaciones ciudadanas pacíficas" convocadas por la entidad desde el año 2012 y remarca que, las que se convocaron delante del TSJC se hicieron en "coordinación con los Mossos d'Esquadra", con "el apoyo de los voluntarios de la ANC" y con Sànchez asumiendo una "función de coordinación" entre las dos partes.

 

Jordi Pina repasa los hechos del 20-S y la participación que tuvo Sànchez, remarcando que la convocatoria que se hizo desde la ANC no tenía como objetivo "intentar impedir el cumplimiento de la orden de entrada y registro, sino ejercer el derecho legítimo de manifestarse de forma pacífica" para "expresar de forma pública la insatisfacción o disconformidad con una actuación del poder político y judicial".

En este sentido, destaca que se procuró que la concentración tuviera un "carácter festivo" montando un escenario con actuaciones y que Sànchez ya intentó desde por la mañana hablar con un responsable de la Guardia Civil dentro de la Conselleria d'Economia. También destaca que los voluntarios de la ANC crearon un perímetro de seguridad en torno a los vehículos de la Guardia Civil cuando se les comunicó que dentro había armas y considera que "llama poderosamente la atención" que estos no fueran "convenientemente protegidos". Además, remarca que Sànchez subió al coche junto con Cuixart sólo "para que se pudiera oír" su petición de desconvocar la concentración.

La defensa remarca que la actuación de Sànchez "fue siempre de colaboración con la comitiva judicial" y que la pretensión de los organizadores es que la concentración fuera "en todo momento pacífica". "No hubo un plan para tratar de impedir el cumplimiento de resoluciones administrativas y judiciales, ni tuvieron lugar concentraciones hostiles ni violentas", concluye, sino "movilizaciones ciudadanas pacíficas que pretendían protestar legítimamente ante ciertas decisiones judiciales".

Sobre los daños en los coches policiales, la defensa los lamenta, pero destaca que son "mucho menos graves que las que a menudo se producen en innumerables manifestaciones ciudadanas de protesta o celebraciones deportivas". Por eso, cree que las "acusaciones absolutamente desorbitadas" contra Sànchez "sólo pueden explicarse por razones políticas".