Si la información sobre las negociaciones entre las fuerzas independentistas apareciera en la sección de deportes, el minuto y resultado hablaría ahora mismo de unas conversaciones que avanzan muy lentamente, hasta el punto que ya hay quien señala la dificultad que, manteniendo este ritmo, la investidura del republicano Pere Aragonès se pueda materializar en el pleno que se tiene que convocar como muy tarde para el 26 de marzo, el día que acaba el plazo para realizar la primera votación.

Después de que el viernes pasado, Laura Borràs fue designada como presidenta del Parlament, el calendario parlamentario marca un plazo de diez días para la primera votación de investidura del president de la Generalitat. Esta primera votación requiere mayoría absoluta. Si el candidato no la consigue hay una segunda votación, 48 horas más tarde, y en caso de no sumar tampoco una mayoría simple se abre un nuevo plazo de dos meses para conseguir un acuerdo.

Tanto republicanos como el partido de Carles Puigdemont han manifestado la voluntad de poner en marcha el nuevo gobierno en la primera vuelta, sin embargo, de momento, no hay concreciones. Todo ello, teniendo en cuenta que el reingreso de los presos políticos en Lledoners después de que el juez les ha reiterado el tercer grado entorpece la intervención de dos piezas determinantes para los acuerdos como son el presidente de ERC, Oriol Junqueras, y el secretario general de Junts, Jordi Sànchez.

Fin de semana agitado

El fin de semana no ha habido negociaciones formales. Lo que sí ha habido ha sido auténtico terremoto a la política española que amenaza con dificultar todavía más el tablero de las negociaciones entre Catalunya y el Estado y complicar la posición de ERC en la defensa de la mesa de diálogo. También han habido los primeros movimientos de Laura Borràs dejando claro que en el Parlament hay un nuevo discurso; y ha aparecido en las librerías un dietario del president Quim Torra que no ahorra la crítica no sólo a la actitud de ERC durante la legislatura sino también a las habilidades de su candidato a la presidencia.

Superado el fin de semana sin conversaciones formales, el lunes la reunión prevista de los negociadores se acabó aplazando a petición de ERC. Las negociaciones se han reanudado, finalmente, este martes en el Parlament. A pesar del mantra de discreción que blinda las reuniones, la escasa información que trasciende apunta a que todavía se negocian los objetivos de la legislatura y no se ha entrado a abordar la espinosa estructura del nuevo Govern.

Sin ronda de consultas

La inexistencia de avances ha provocado que tampoco en el Parlament se mueva ficha. La presidenta tiene que hacer una preceptiva ronda de contactos con todos los grupos de la Cámara para comprobar qué candidato tiene más apoyos para presentarse a la investidura. Hace tres años, cuando fue nombrado presidente de la Cámara el republicano Roger Torrent, inició las conversaciones al día siguiente de su designación. Fue escogido el miércoles 27 de enero del 2018, al día siguiente, el jueves, y el viernes hizo la ronda con los líderes de los grupos, y el lunes 22 anunció que Puigdemont sería candidato a una investidura que posteriormente se convocó para el 30 de enero -y que finalmente fue aplazada por el mismo Torrent .

Esta vez, sin embargo, se ha considerado innecesario apretar el calendario. La ronda de conversaciones para designar al candidato todavía no se ha hecho y la opinión más extendida es que no se hará hasta la semana próxima. Desde el Parlament, además, se señala que los grupos todavía se están constituyendo formalmente.

Nuevo Govern

Del perfil del futuro Govern a penas se sabe que la negociación parte de un intercambio de conselleries entre republicanos y Junts, a partir de invertir el acuerdo que se cerró hace tres años cuando la lista de Puigdemont superó a la republicana por dos escaños.

No obstante, los republicanos apostarían por incrementar el número de departamentos, troceando algunos de los ya existentes y desglosando competencias, como la de la gestión de los fondos europeos, que ERC quiere situar en manos de un comisionado dentro de la órbita republicana, a lo cual se opondría Junts.

La mayor parte de informaciones que han trascendido en relación a estas cuestiones surgen de informaciones o globos sonda que han lanzado los mismos partidos a través de declaraciones públicas.

Aragonès y Artadi

Lo que se da por descontado es que enfrente de la presidencia de Aragonès, Junts situará como mujer fuerte de la formación en el Govern a Elsa Artadi, con una vicepresidencia en la cual se asumiría el departamento de Economía.

Interior quedaría en manos de ERC, y la actual consellera de Justicia, Ester Capella, aparece como el nombre que se perfila para asumir esta cartera. Para el departamento de Justicia se apunta el nombre del actual conseller de Interior, Miquel Sàmper, aunque en Junts también se baraja el nombre de la actual portavoz del grupo, Gemma Geis, para asumir este departamento en caso de que el presidente del grupo, Albert Batet, se quedara al Parlament y no diera al salto en el Gobierno.

Todo ello, sin embargo, se inscribe en el ámbito de la especulación porque las negociaciones todavía no están en esta fase y porque los partidos mantienen un estricto silencio.

¿La CUP en el Govern?

El factor determinante, sin embargo, puede ser de nuevo la CUP. Algunas fuentes apuntan que los anticapitalistas no descartan entrar en el Govern si se acuerda un plan de rescate social y avanzar en el proceso independentista con pasos concretos.

Si no se adelanta en estos puntos, los cupaires tendrán que ver cuál es su voto en una investidura de Aragonès. Si optaran por la abstención, eso obligaría a Aragonès a ir a una segunda votación aunque contara con el voto a favor de Junts, lo cual podría repetir la imagen de una investidura en domingo en caso de que se agotaran los plazos y la primera votación se hiciera el viernes 26. Los letrados estudian, no obstante, la posibilidad de que esta segunda votación se contabilizara en días hábiles. Si la CUP se inclina por el no, también vertería la investidura a la una segunda vuelta.

En cualquier caso, todo ello es la imagen de un instante concreto. El partido puede dar un giro en cualquier momento y precipitar los acontecimientos. O no.

 

En|A la imagen principal, el pleno del Parlamento reunido el viernes pasado en el Auditorio donde también se convocará la sesión de investidura / Sergi Alcàzar