La apuesta decidida de ERC por el pragmatismo, por dar una oportunidad al diálogo con el PSOE, ha sufrido un auténtico test de estrés como consecuencia de la decisión de la Junta Electoral Central de inhabilitar al president de la Generalitat y al eurodiputado Oriol Junqueras. A pesar de las presiones, los republicanos han optado por mantener la mano tendida a Pedro Sánchez a cambio de una mesa de negociación entre gobiernos. Una posición que han justificado, precisamente, para no hacer el juego a la derecha española que "ataca a Torra y Junqueras para dinamitar el diálogo".

Durante la intervención de su portavoz en el pleno del Parlament que servirá para ratificar a Torra en el cargo, Marta Vilalta ha interpelado directamente al president para pedirle que "lidere la delegación catalana" en la mesa de diálogo que se tiene que activar a lo largo de las próximas dos semanas, tal como recoge el acuerdo rubricado por los socialistas y ERC.

Bajo el punto de vista de los republicanos, es imprescindible "hacer compatible la confrontación con el diálogo". Vilalta lo ha resumido afirmando que su partido reclama "blindar a Torra y blindar el diálogo", que es lo que les ha llevado en la reunión de la ejecutiva del partido de esta mañana a sostener la abstención a Pedro Sánchez.

El argumento de ERC para rebatir a todos aquellos independentistas que le reclaman un cambio de actitud con el PSOE después de las inhabilitaciones es que cerrar la puerta a Pedro Sánchez implicaría "ser el brazo ejecutor de la derecha". En base a este espíritu, ha invitado a Torra a que "si le quieren fuera de juego" no dude en "jugar la partida del diálogo" de la mano de ERC. "Nos quieren divididos, pero no lo conseguirán", ha sentenciado.