De puertas afuera, los dirigentes de Esquerra Republicana mantienen que su rival "no es el independentista de al lado", sino el PSC. Lo repiten cada vez que reciben algún ataque de parte de Junts per Catalunya, a quien critican que "se equivoca de adversario". Con todo, en la sede de la calle Calàbria saben que el objetivo de llegar a la presidencia pasa por quedar por delante del tándem Borràs-Puigdemont. Por eso, se esfuerzan en resaltar las diferencias entre ambos proyectos. Básicamente, el giro pragmático en el camino hacia la independencia, pero también —y sobre todo— la apuesta por un proyecto marcadamente de izquierdas que entierre el pasado de austeridad y recortes.

Los republicanos pondrán todo su arsenal encima del escenario en el acto final de esta noche en las Cotxeres de Sants, donde además del candidato, Pere Aragonès, actuarán entre otros Junqueras, Rovira, Romeva o Torrent. Antes de volcar toda la energía en el mitin de cierre de campaña, ERC ha aprovechado el último día para subrayar con fosforescente su programa progresista. Por eso han hecho público un manifiesto de apoyo a ERC firmado por más de un centenar de sindicalistas de CCOO, UGT y la Intersindical-CSC.

 

Durante la presentación, Aragonès ha criticado las reformas laborales de PP y PSOE, pero también que "el Govern de CiU cargó el coste de la crisis en los hombros de los más vulnerables". Para que eso no vuelva a pasar con esta nueva crisis derivada de la pandemia, plantea como indispensable que sea ERC y no Junts quien capitanee la Generalitat en la próxima legislatura.

La receta que proponen los republicanos es un plan de choque contra la pobreza de 150 millones de euros para situar Catalunya "en la primera línea en el combate contra la pobreza". Incorpora medidas como un complemento de 100€ de la renta mínima de ciudadanía, ayudas de 20.000 euros a empresas por cada trabajador joven que contraten o más prestaciones por hijos a cargo. Se trata de propuestas que se suman a las que ya han ido esbozando durante los últimos días, como la gratuidad de los jardines de infancia o que la producción energética venga 100% de las renovables en el 2050.

Compromiso inamovible con la mesa de diálogo

La batalla electoral ha tensado las relaciones entre ERC y los socialistas, que han ido subiendo el tono de los reproches mutuos. Con este trasfondo, a partir del 15 de febrero las dos formaciones se han comprometido a reactivar la mesa de negociación entre Catalunya y el Estado inmediatamente después de las elecciones.

Preguntado por si el recrudecimiento de la relación entre las dos formaciones puede suponer una amenaza para el espacio de diálogo, Aragonès ha replicado que la voluntad de hacer sentar al Estado a negociar "no la tuerce nada, es firme". "No aceptamos ni chantajes ni amenazas", ha advertido. Y ha lanzado un aviso, que "cuando el PSOE se alió con Vox en el Supremo" los republicanos "dejaron caer a Pedro Sánchez".