Desde que empezó la campaña electoral de que ERC no para de perder votantes hacia la candidatura de Junts per Catalunya, y eso que ERC tiene un marco electoral que la beneficia: el 155. Esta campaña electoral está enmarcada por la represión y la actuación del 155. En este sentido, siguiendo la opinión mayoritaria de los catalanes, quienes más se posicione en contra, más probabilidades tiene de recoger voto. Por este motivo, Carles Puigdemont ha conseguido monopolizar esta tendencia, mientras que el PP, principal ejecutor del 155, es el más perjudicado. Esta realidad quizás no ha sido analizada por Mariano Rajoy, pues parece que empieza a tutelar al candidato Albiol, pensando que el problema de su campaña es el candidato y no el rechazo de los catalanes al 155.

Volviendo a ERC, ¿cómo es posible que Junts per Catalunya se beneficie del marco favorable de campaña, y ERC no? La diferencia está en los líderes, uno en la prisión y otro, desde el exilio, puede hacer más por la campaña.

Con el líder en la prisión, ERC lo tiene un poco más complicado que otros para obtener votos en campaña

Era evidente que estas elecciones forzadas por el PP sólo podían beneficiar a los independentistas. Por este motivo ha habido bastante cuidado para neutralizar otras variables de la campaña electoral y compensar ese marco favorable, de aquí la parcialidad de la Junta Electoral, la desproporción de la actuación del Estado y la censura a los medios de comunicación. Por lo tanto, con el líder en la prisión, ERC lo tiene un poco más complicado que el resto para conseguir votos en campaña.

Pero no lo tiene del todo perdido. Hay dos elementos con los cuales puede jugar: uno es el efecto del carro ganador (bandwagon) y otro la polarización en campaña.

Si ERC quiere ganar votos esta última semana de campaña, debe abandonar la queja de que tienen el líder en prisión. Lo sabe todo el mundo. Hay que apelar al voto útil, pues todavía lideran las encuestas. Son el voto útil y de hecho es así, porque si el voto independentista se reparte, Cs podría quedar en votos por encima de la primera fuerza independentista. Si ERC no se cierra a restaurar el anterior gobierno y, al mismo tiempo, pregona que es voto útil, es muy probable que recupere voto perdido.

Si no interpela a la CUP y utiliza el relato del carro ganador contra Cs, ERC podría cambiar la tendencia de las encuestas en una semana

ERC no puede olvidar que el voto que pierde es por la figura de Carles Puigdemont. Por lo tanto, negarse a investir a Puigdemont acentúa más la pérdida. Además, si se pasa la campaña quejándose (aunque tenga razón), de que no compite en igualdad de condiciones, la imagen que da no es la de un partido ganador. En cambio, Junts per Catalunya sí tiene ahora un discurso de ganador, de resistencia, de concentrar el voto, de hacer valer la legitimidad popular. Si ERC quiere competir con todo, tiene que polarizar con Cs y arrastrar a los votantes con el efecto del carro ganador.

Finalmente, la CUP es el otro elemento del panorama electoral que afecta a las izquierdas catalanas, muy en concreto a ERC. El éxito de la CUP está en su actual discurso: sigue la unilateralidad. ERC no puede competir con este discurso por motivos que todo el mundo sabe [autocensura], pero sí puede obviarlo. El problema de la CUP es de visibilidad, por este motivo la actuación del Estado es de censura y demonización, que nadie escuche la opinión de la CUP y que todo el mundo oiga qué opinan el resto de la CUP. Por este motivo, la CUP no tiene un problema de discurso, tiene un problema de visibilidad del que ERC puede beneficiarse. Si no interpela a la CUP y utiliza el relato del carro ganador contra Cs, ERC podría cambiar la tendencia de las encuestas en una semana.