Durante la etapa en que Carme Forcadell presidió el Parlament, los miembros de la Mesa de Esquerrra Republicana y lo que entonces todavía era CDC se citaban periódicamente para coordinar la estrategia a seguir en las reuniones del órgano rector de la cámara. Bajo la presidencia de Roger Torrent se siguió con la misma dinámica, pero la mala relación entre republicanos y Junts en el Parlament acabó enterrando la voluntad de unidad de acción. Con la nueva legislatura, Laura Borràs ha querido recuperar la iniciativa para que el independentismo vaya a la una.

Este martes a las 9 de la mañana, los cinco miembros independentistas de la Mesa —dos Junts, dos de ERC y uno de la CUP— se han citado para organizar y preparar la reunión posterior, la primera de la nueva Mesa del Parlament. El encuentro ha contado con Laura Borràs, Jaume Alonso-Cuevillas, Anna Caula y Ruben Wagensberg, de forma presencial, y con Pau Juvillà a distancia. El cupaire todavía se encuentra en cuarentena por un contacto estrecho con un positivo de coronavirus. Mientras tanto, en Madrid, los tres grupos independentistas también cerraban filas para presentar la ley de amnistía al Congreso.

La investidura, en el aire

La reunión llega con el runrún de fondo de la enésima disputa entre republicanos y junteros, en plena negociación por la investidura de Pere Aragonès. En ERC no ha gustado nada la actitud de Borràs, que una vez proclamada presidenta con los votos de los republicanos, criticó públicamente el papel de su predecesor en el cargo, Roger Torrent. Los de Oriol Junqueras entienden que habiendo accedido a votar a favor de la presidencia de la cámara para Junts, ellos se comprometían a dar apoyo a la investidura de Aragonès. De todos modos, y para no obstaculizar la negociación, se han autoimpuesto no entrar en el cuerpo a cuerpo con sus virtuales socios.

Lo cierto, sin embargo, es que el acuerdo todavía no está cerrado. Las conversaciones se han reanudado esta semana con la mirada puesta en el 26 de marzo, la fecha límite para celebrar el primer debate de investidura. Después de varios encuentros a tres la semana pasada, ahora los contactos vuelven a ser bilaterales. De ERC con Junts y de ERC con la CUP.

Según explican fuentes conocedoras de las negociaciones a ElNacional.cat, las bases para unificar la hoja de ruta hacia la República ya están, pero todavía se tienen que concretar los detalles y plasmarlos en un documento que especifique los pasos a seguir. Por ejemplo, en relación al control a la mesa de diálogo. Junts acepta darle una oportunidad y los republicanos se comprometerían a poner por escrito las garantías de cumplimiento que se tendrán que dar para seguir sentados en la negociación con el PSOE.

De momento no se ha abierto la carpeta de la estructura de gobierno, aunque éste esperan que sea un capítulo menos complicado de resolver, una vez solucionada la coordinación estratégica independentista.

Por ahora, la presidenta del Parlament no convocará la ronda de consultas con los grupos parlamentarios, a la espera de que su grupo hilvane un pacto estratégico con ERC que encauce definitivamente la investidura de Aragonès. En paralelo, la CUP tendrá que dar su opinión. Sus votos serán indispensables para que el republicano llegue a la presidencia. Necesita, por lo menos, que dos de los nueve diputados anticapitalistas no voten en contra. Aunque la prioridad de ERC era resolver la investidura y formar gobierno antes de que acabe el mes de marzo, fuentes de la negociación no descartan que se tenga que ir a después de Semana Santa.

La investidura, también en el auditorio

El pleno de investidura, así lo ha decidido la Mesa del Parlament en su primera reunión este martes, se celebrará también en el auditorio y no en el hemiciclo, como pasó con la constitución de la cámara del viernes pasado. Dada la importancia de la sesión, se ha priorizado que todos los diputados puedan asistir de manera presencial en vez de delegar el voto.

En la imagen principal, tres de los cinco miembros independentistas de la Mesa del Parlament. / Europa Press