El discurso de Laura Borràs tras ser proclamada presidenta del Parlament gracias a los votos de ERC se les ha atragantado, a los republicanos. En la sede de Calabria miran de tragarse y digerir los ataques públicos de los principales dirigentes de Junts. Cualquier paso en falso podría hacer descarrilar la negociación para la investidura de Pere Aragonès. De ahí que las indicaciones sean, como durante la campaña, evitar caer en la trampa de la espiral de reproches mutuos y aislarse del ruido en la segunda fase de la negociación con Junts y la CUP. "Con reproches no se construyen confianzas. No nos encontrarán, en disputas estériles", avisa su portavoz, Marta Vilalta.

Desde este mismo lunes, las delegaciones de los tres partidos independentistas han vuelto al trabajo con la misión de poner las bases de una estrategia compartida para transitar hacia la República —con un nuevo referéndum durante esta legislatura y una fecha de caducidad a la mesa de diálogo con el Estado— y concretar un plan de gobierno centrado en el rescate social postpandémico enfocado claramente a la izquierda. Esta semana, justamente cuando ERC celebra 90 años de historia, será clave. 

En paralelo, llega la hora de afrontar el organigrama del futuro ejecutivo. Es decir, de repartirse los papeles en las conselleries. Aquí, ERC tendrá que decidir si quiere hacer un sitio a la CUP, aunque desde las entrañas de la negociación se afirma que los anticapitalistas están, de momento, más fuera que dentro del gobierno. En cualquier caso, Aragonès y los suyos cuentan con los cupaires para garantizar la investidura. En cambio, aunque aseguran mantener los puentes de diálogo abiertos con los comunes, lo cierto es que el partido de Jéssica Albiach ya ha dejado claro que ERC les ha forzado a quedarse en la oposición.

 

ERC reivindica a Torrent

El partido de Oriol Junqueras avanza por el carril de la izquierda con los anticapitalistas, con quienes están en marcha comisiones sectoriales para concretar los detalles de las políticas sociales y de transformación de país que habrá que abordar a lo largo de esta legislatura. Es el trabajo pendiente con Junts, a quien invitan a ser "propositivos" y "dejar de mirar al pasado" para "construir futuro". "Dejemos a un lado los reproches, las acusaciones y buscar culpables", ha afirmado Vilalta, que lamenta que "haya quien se centre en hacer reproches".

Si bien ha esquivado el cuerpo a cuerpo, la líder de ERC sí que ha aprovechado para volver a reivindicar el papel de Roger Torrent al frente de la presidencia del Parlament, después de que su sucesora, Laura Borràs, haya cuestionado su trabajo.

Esperando a Borràs

Según fuentes consultadas por ElNacional.cat, la nueva presidenta del Parlament no tiene prisa para arrancar con la ronda de consultas que tiene que servir para oficializar el candidato a la investidura.

Como muy tarde, la sesión se tendrá que celebrar el viernes 26 de marzo. Con aquella fecha en el horizonte, desde el entorno de Borràs apuntan que antes de abrir conversaciones con los grupos parlamentarios hay que avanzar en la negociación. "No hay ningún pacto cerrado", avisan.

ERC aspira a alcanzar un acuerdo antes de la fecha límite, para evitar ir a una investidura fallida que lleve a Catalunya a dos meses más de incertidumbre. Si, como ha pasado en las dos anteriores legislaturas, el aspirante a president, en este caso Aragonès, no consigue ser investido ni en primera ni en segunda votación, empezaría la cuenta atrás para la repetición electoral. El deadline, a finales de mayo.

Presión a Sánchez

Desde Esquerra Republicana han evitado valorar la salida de Pablo Iglesias del Gobierno del Estado. Ahora bien, son conscientes de que el líder de Podemos ha sido quien más abiertamente se ha manifestado a favor de responder al conflicto político con Catalunya.

Sobre la posibilidad de que la agitación política en Madrid repercuta negativamente en las aspiraciones catalanas, Vilalta ha advertido que "este clima preelectoral no puede hacer aplazar los compromisos adquiridos" por el gobierno Sánchez, a quien ha advertido de que "no pueden utilizarlo como excusa".

El cemento antirepresivo

Si hay un elemento que a lo largo de la última década ha servido para religar a los partidos independentistas son las ofensivas judiciales que llegan del Estado. ERC, Junts per Catalunya y la CUP coinciden en la reivindicación de una ley de amnistía que sirva, no sólo para liberar a los presos del 1-O, sino también para poner fin a los millares de causas abiertas contra independentistas.

Precisamente este martes las tres formaciones presentarán en el Congreso la propuesta de ley de amnistía. Aunque durante la campaña también la han defendido, los comunes se lo miran por ahora desde la barrera.