Desde que es alcaldesa, Ada Colau no ha podido todavía aprobar unos presupuestos por la vía ordinaria. El primer año de mandato optó por una ampliación de crédito, los dos siguientes necesitó someterse a una cuestión de confianza, según la cual el presupuesto sale adelante automáticamente si no hay opción de investir a un gobierno alternativo. Este año, el Ayuntamiento funciona con prórroga de las cuentas de 2018. Superada la resaca electoral, la coalición Comunes-PSC ha presentado su propuesta inicial de presupuestos. Y Esquerra Republicana ha decidido no bloquear la tramitación con una abstención en la comisión extraordinaria de Economía y Hacienda de este miércoles. Un posicionamiento determinante para que los números puedan acabar siendo aprobados este diciembre.

La intención del tándem Colau-Collboni es que la votación definitiva sea ya el mes próximo. El caso es que comunes y socialistas gobiernan en minoría, con sólo 18 concejales de 41. Eso les llevó en junio a aceptar el apoyo del grupo de Manuel Valls para poder sacar adelante la investidura. Desde el primer momento, sin embargo, ya dejaron claro que el exprimer ministro francés no sería su aliado preferente, sino que la prioridad era ERC. Los 10 ediles republicanos, encabezados por Ernest Maragall tienen, pues, la llave y ya avanzan su intención de hacerse valer. Se saben imprescindibles, y por ello apretarán para modificar el proyecto de presupuestos durante las próximas semanas, hasta que se produzca la votación definitiva. "Hay la misma distancia entre la abstención y el sí que entre la abstención y el no", ha advertido a Maragall en la comisión.

El líder municipal de ERC ha justificado el posicionamiento de su grupo "por responsabilidad", pero no ha ahorrado críticas contra el documento inicial que ha presentado el equipo de Colau. Asegura que encuentra "una falta absoluta de ambición" en materia fiscal. Los republicanos reclaman que se incremente la inversión prevista, de un 16% a un 20%. El proyecto de presupuestos para el 2020 ya prevé un aumento del 9,2% de los recursos a través de una sustancial subida de impuestos y tasas. Los principales, para vehículos contaminantes, por la ocupación del espacio público de las terrazas de restaurantes y un augmento del IBI. El total de inversión prevista es de unos 550 millones de euros y el global del presupuesto sube a 2.900 millones.

Negociación paralela de los presupuestos de la Generalitat

Desde el comienzo de su segundo mandato, Ada Colau ha hecho pública su apuesta para que el presupuesto de Barcelona se negocie en paralelo con el de la Generalitat. Y es que mientras ella necesita a ERC, a los republicanos les sería determinante el de los comunes para poder aprobar unos presupuestos que vienen prorrogados desde 2017.

El resto de grupos municipales -JxCat, Cs, Barcelona pel Canvi y el PP- han votado en contra de las cuentas. Ven problemas tanto en el fondo como en las formas. Todos ellos han criticado que se les haya mandado el documento con sólo 48h de antelación. En relación con el contenido, no ven claro ni el importante aumento de la fiscalidad ni la propuesta de inversiones.