Adiós al unilateralismo y retorno al derecho a decidir. En síntesis, son las premisas de la nueva etapa política que se ha propuesto abrir ERC con el fin de alcanzar -algún día- la República. Así consta en el borrador de ponencia política de la conferencia nacional "Fem República" que ERC celebrará en l'Hospitalet de Llobregat del 30 de junio al 1 de julio que viene, y que es una enmienda a la totalidad de la teoría y la práctica seguida hasta ahora.

La nueva estrategia que se propone el partido de Oriol Junqueras argumenta que, si bien el año 2017 ha mostrado "la extraordinaria fuerza del soberanismo", que se ha concretado en el referéndum del 1 de octubre y la declaración de independencia, "es perfectamente constatable, sin embargo, que el resultado final del Octubre catalán (...) no se ha traducido en el nacimiento de la República catalana".

 

No se renuncia a nada, pero el horizonte final aparece más lejos. Así, la dirección de los republicanos, en la línea del discurso que ya ha venido desplegando desde la aplicación del 155, plantea a sus bases emprender "una seria reflexión" con el fin de llegar "en las mejores condiciones posibles al próximo embate con el Estado".

Las líneas de acción que se apuntan en el documento son cuatro y cambian del todo la estrategia seguida por el bloque independentista en un sentido realista en que la consecución de la República se supedita a la ampliación de una base que se reconoce hoy por hoy insuficiente.

Los cuatro ejes de la nueva etapa

En primer lugar, "ampliar la mayoría social sin confundirla mecánicamente con la mayoría parlamentaria"; en segundo lugar, recuperar las "complicidades con aquellos sectores políticos y sociales que, favorables al derecho a decidir, se han situado al margen de la estrategia de las fuerzas partidarias de la República catalana", en alusión a los comunes y otros sectores de la izquierda no independentista; en tercer lugar se propone profundizar en la conexión con "la diversidad" de la actual sociedad catalana en la línea de acercamiento a sectores castellanohablantes y del área metropolitana ya puesta en marcha por el partido. En cuarto lugar, "entender el proceso hacia la dependencia como un fenómeno necesariamente multilateral", con intervención de múltiples actores.

El texto considera que "la construcción de la República Catalana no es (...) una cuestión esencialmente formal y legal" sino un problema de mayorías. Y en este sentido reconoce que "hoy en día el independentismo no es suficientemente poderoso, todavía, como para convertir Catalunya en una República independiente", en tanto que representa "aproximadamente un 50%" de la población catalana.

El borrador de ponencia enmienda también de forma clara la unilateralidad como estrategia para conseguir la independencia: "los procesos de cambio profundo son necesariamente multilaterales". Los "actos unilaterales", se afirma, son sólo una "pequeña parte" de una dinámica más compleja en la cual intervienen múltiples actores. "Es igualmente necesario dejar una puerta claramente abierta a la interlocución con la otra parte o con actores próximos a ella", se añade.

Fuerzas estatales y europeas

En cuanto al derecho a decidir, se señala que "es a partir de la unidad de los demócratas que las fuerzas partidarias de la República podrán impulsar de manera efectiva el ejercicio del derecho a decidir". La conquista de este derecho -"condición insuficiente pero imprescindible para la independencia"-, se indica, llegará no sólo por la movilización social catalana, sino por el papel "de las fuerzas democráticas de todo el Estado español críticas con el régimen del 78 y los actores europeos más sensibles a la defensa de la democracia y los derechos humanos". "En la medida en que estos dos elementos cuenten con más iniciativa política y margen de maniobra, la causa de la República catalana se encontrará en mejores condiciones para ser una realidad", se añade.