Cuando en el año 1999 el PSC se quedó a un paso de tomar la presidencia de manos de Jordi Pujol -los socialistas ganaron a CiU en votos pero no en escaños- los hermanos Maragall urdieron lo que se conocería como el gobierno en la sombra. Se trataba de estructurarse en la oposición con áreas y responsabilidades calcaldas a las que habrían asumido si hubieran podido gobernar para fiscalizar al ejecutivo y demostrar a lo largo de la legislatura que había una alternativa de gobierno real.
Veinte años después, ahora al frente del grupo municipal de Esquerra Republicana, Ernest Maragall recupera, actualiza y renombra aquel concepto. Los repubilcans han presentado este viernes su "gobierno de impulso" que pretende "ir más allá del gobierno en la sombra y tomar la iniciativa en calidad de primera fuerza". El hecho de tener 10 concejales, los mismos que Barcelona en Comú, les permite construir esta estructura.
ERC reivindica su condición de formación más votada, no sólo en Barcelona, también en las elecciones generales, y añade que es "el partido que gobierna la Generalitat". Un "legado", en palabras de la número dos Elisenda Alamany, que les ha llevado a agarrar la batuta. "Marcaremos la pauta" al gobierno Colau-Collboni, ha explicado Maragall.
El objetivo, aseguran, pasa por no limitarse a ser sólo oposición. La actual aritmética municipal sitúa el gobierno de coalición entre Barcelona en Comú y el PSC en minoría y eso otorga a ERC la posibilidad de tener la llave para colaborar con Colau y Collboni cuando toque pero también, avisan, están "en condiciones no sólo de condicionar sino de encontrar, arrastrar y crear mayorías alternativas".
Ni socio preferente, ni palos en las ruedas
A lo largo de los próximos cuatro años de mandato, los republicanos aspiran a "acondicionar positivamente la acción de gobierno de Barcelona". Y eso, afirman, lo harán sumando con quien sea más conveniente en función de cada iniciativa. Maragall lo ha expresado advirtiendo que no serán "un socio preferente de nadie", pero que tampoco se dedicarán "a poner palos en las ruedas" sólo por el hecho de haber quedado fuera del gobierno municipal.
Sobre las negociaciones para los presupuestos, el primer gran escollo que tendrá que superar el gobierno Colau, el jefe de filas de ERC en el Ayuntamiento ha confirmado que todavía no tienen noticias.
En relación a la sentencia, prevista para las próximas semanas, Maragall ha afirmado que Barcelona tiene que ser actor y agente responsable de lo que pase en el ámbito de los derechos civiles, ha señalado las "contraadiciones explícitas" del gobierno Colau y ha criticado sus "silencios clamorosos" en este ámbito.
