Jon Iñarritu (Leioa, 1979) vuelve al Congreso de los Diputados después de una temporada en el Senado. Lo hace con el grupo de EH Bildu multiplicado por dos, con cuatro diputados que serán decisivos para la investidura de Pedro Sánchez. Junto a ERC, con quienes tratarán de tener posición conjunta, tienen la llave de la gobernabilidad. Tienen claro que una repetición electoral podría dar alas al trifachito, pero se niegan a dar un "cheque en blanco" al PSOE como el de la moción de censura.

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En el Senado ya comparten grupo con ERC; en el Congreso, no. ¿Habrá unidad de acción entre independentistas catalanes y vascos esta legislatura?
Sí, sin duda. De hecho ya ha habido una primera reunión este pasado lunes para determinar cómo actuar frente a la posible investidura. En los próximos días va a haber otra reunión para determinar el sentido del voto en la misma. Estamos ya trabajando con normalidad. 

¿Cómo se plasmará? 
Unidad de acción. Esto es, ante la inmensa mayoría de iniciativas que haya en el Congreso y en el Senado, tendremos la misma posición y votaremos de manera conjunta. Es parte del principio de que la unión hace la fuerza y que siendo más seremos más determinantes. 

¿Cómo afronta EH Bildu esta legislatura?
Con total voluntad de posibilitar y llegar a acuerdos en base a la democratización, los principios sociales y las libertades de nuestra sociedad. La sociedad vasca, la catalana y también la española. Para nosotros es mejor que el Estado español tenga mayores cuotas de democracia, de libertades y derechos sociales. Y por eso estamos dispuestos a llegar a acuerdos.

Parece que el PSOE no está tan dispuesto con EH Bildu...
Se niega a hablar con nosotros. Cuando todo el mundo sabe que nosotros con el PSOE siempre hemos hablado. Yo he tenido reuniones con el anterior la anterior dirección del Grupo Socialista. Arnaldo Otegi ha hablado un sinfín de veces. Siempre ha habido una interlocución normal.

¿Y a qué atribuye lo de ahora?
De cara a la galería, o lamentablemente para intentar conseguir la abstención de Ciudadanos, se escenifica que somos algo parecido a Vox. Cuando el señor Sánchez y su gobierno están gobernando gracias al voto de EH Bildu. Esa tentación de intentar volver al pasado y estigmatizar al independentismo vasco... Mal empieza.

¿Es un obstáculo este cordón sanitario?
No sé si calificarlo como cordón sanitario, pero esta negación a hablar con nosotros es un sinsentido. Lo dice también la propia portavoz del PSE-EE, Idoia Mendia, que no es tiempo de líneas rojas ni de vetos, sino de hablar con normalidad. Con el PSE-EE seguimos hablando y negociando con normalidad.

Si de nosotros depende, la derechona no gobierna en el Estado español

¿Pero esto influye en su toma de decisiones?
Obviamente es un factor determinante. También tenemos otros principios. Hemos defendido por activa y por pasiva que, si de nosotros depende, la derechona no gobierna en el Estado español. Nuestros votos irán gratis si de nosotros depende. Tiene que depender de nosotros. Pero políticamente esto afecta en el sentido de que nos quieren estigmatizar, vetar y ningunear. No solamente a nosotros, sino a los cientos de miles de personas que han confiado en EH Bildu.

¿Y qué quiere decir cuando dice que los votos irán gratis si depende de vosotros? 
Si de nosotros depende, PP, Ciudadanos y Vox no gobiernan. Esto es así. Pero tampoco es un cheque en blanco. El PSOE, en su debilidad en la legislatura anterior, creyó que luego el apoyo iba a ser per se, y no. Cuando estás en debilidad política más que nunca tienes que dialogar, negociar y llegar a acuerdos. Pero el PSOE se negó. Es cierto que le vino muy bien para el relato para las elecciones.

¿Que la culpa era de los independentistas?
Fueron a elecciones porque, viendo la manifestación de las extremas derechas en  Colón, les iba bien y era el mejor momento. Pero necesitaban acompañarlo de un relato. "Hemos ido a elecciones porque los independentistas se niegan a apoyar los presupuestos". Con nosotros ni se reunió para contrastar, cuando en otros decretos sí llamó y sí insistió para que el voto de EH Bildu, que en alguno era determinante, fuera positivo. 

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Que la Abogacía del Estado pidiera la libre absolución sería un gesto claro de la voluntad del Gobierno

¿Cuándo se cortó el contacto?
Seguimos hablando con el Partido Socialista, pero de cara a la investidura se ha querido escenificar que se veta a EH Bildu de esa ronda de contactos. Allá ellos. 

¿Les han dado alguna explicación?
No, no. La lectura es que es una escenificación para intentar conseguir la abstención de Ciudadanos o el PP, algo que debería preocupar no solamente a nosotros sino a cualquier progresista que haya votado en el Estado. La noche electoral le decían "con Rivera no"... Ha sido "con Rivera no ha sido posible". Porque lo han intentado. No les ha salido bien la jugada.

¿Hoy cuál sería su voto en la investidura?
No lo sé. Tendríamos que hablarlo. Sería muy osado adelantar cualquier posicionamiento cuando las direcciones de EH Bildu y ERC se van a reunir en los próximos días para determinar cuál debe ser el sentido del voto. No vamos a dar ningún cheque en blanco a Pedro Sánchez, más allá de evitar que las derechas gobiernen en el Estado.

¿Eso implicaría que en el caso de una amenaza de repetición electoral ustedes facilitarían la investidura?
No está en nuestra mano esa decisión; solamente la tiene el señor Sánchez. Si se llegara a ese escenario, que yo creo que no es positivo, sería única y exclusivamente porque el PSOE considera que saldría beneficiado electoralmente. Nosotros tenemos la mano tendida a hablar para intentar llegar a un acuerdo de buena fe respecto a la investidura y luego sobre otras iniciativas legislativas o parlamentarias. Pero no vemos esa voluntad de momento por parte del PSOE. 

¿Qué le piden a Sánchez para facilitar una investidura?
En base a los principios sociales, las libertades y derechos de las ciudadanías vasca y catalana y el reconocimiento del derecho a decidir, estamos dispuestos a analizar cualquier tipo de posición en el voto. Tenemos buena voluntad. Veremos qué ocurre en las próximas fechas. Veremos qué PSOE tenemos enfrente. Si habla de diálogo y negociación, estaremos dispuestos a llegar a acuerdos. Si se apoya en Ciudadanos, pues nos tendrá enfrente.

Pero ninguno de estos PSOES habla del derecho a decidir, que es lo que usted ha dicho. Y no parece que en los próximos días vaya a cambiar.
Si partimos de la base que los problemas políticos se arreglan en base al diálogo y el acuerdo, qué mejor que el principio democrático. Que sean los ciudadanos que de manera democrática decidan su futuro institucional. Es el principio según se han resuelto todos los conflictos políticos de cariz territorial que ha habido en Occidente. Los de Catalunya o Euskal Herria no son casos únicos en el mundo. Tenemos Quebec, Escocia, Irlanda del Norte, Groenlandia...

Pero no es el caso del Estado español.
Aquí se intenta cambiar el paradigma: pasar de un problema político a uno judicial y policial. Hoy mismo leía una declaración interesante que desde ERC se invitaba a que la Abogacía del Estado pidiera la libre absolución. El Gobierno tiene esa capacidad de instar. Al fin y al cabo es una bola de nieve que va bajando y cada vez coge más peso y es muy difícil pararla. Ahí habría un gesto claro de la voluntad del Gobierno.

Pero la Abogacía del Estado ha tenido posibilidad de hacerlo y no lo ha hecho. 
No lo ha hecho, pero ahí está la capacidad. Que sean los hechos y no las palabras los que demuestren la voluntad del PSOE. 

Esto ya no lo ha hecho. ¿Qué más gestos puede hacer?
Un gesto político o una declaración política de un presidente o de un gobierno en aras a resolver única y exclusivamente de manera política lo que es un conflicto político. Sería un gesto interesante que todo el mundo entendería. Veremos qué ocurre en las próximas las próximas fechas, porque el PSOE en esto también ha querido jugar a hechos consumados.

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Si alguien cree que es posible una alternativa a las derechas en Navarra sin contar con EH Bildu está muy equivocado

O sea que, si esto no cambia de aquí a la investidura, votarán en contra.
No, no. Eso sería importante para determinar la actitud del PSOE y del Gobierno respecto a dar una salida política al conflicto catalán. Algo diferente es que, ante la situación que nos encontremos en Madrid, el mal menor podría ser un gobierno del PSOE ante la posibilidad de que las tres derechas y extremas derechas gobiernen. Si de nosotros depende no gobiernan. Esto tampoco es un cheque en blanco. De hecho, estamos bastante entristecidos por su comportamiento: lo vemos más próximo a Ciudadanos que al PSOE de hace un año. 

De hecho, todo recuerda un poco a la investidura de Rajoy en 2016.
En los próximos días parece que se puede aclarar bastante el escenario. Si pacta con Ciudadanos o se acerca, nos tendrá al frente. Si es dialogante, nos sentaremos y estamos dispuestos a llegar a acuerdos. Porque lo primordial y una de las prioridades es evitar que las derechonas vuelvan a gobernar...

¿Esto sería una repetición electoral?
Puede ser. Al igual que fuimos a elecciones porque así determinó Pedro Sánchez que le convenía, en ese hipotético caso sí sería un riesgo. Nuestra mano está tendida y nuestra disponibilidad es total. La pelota está en el tejado del PSOE.

¿Lo de Navarra esta semana acerca posiciones?
Sería muy apresurado decir eso. Lo de la Mesa lo vimos como un signo de normalidad. Pero aún no sabemos qué quiere hacer el PSN. Si alguien cree que es posible una alternativa a las derechas en Navarra sin contar con EH Bildu está muy equivocado. Se tendrá que contar con EH Bildu. Y de cara a Madrid, exactamente lo mismo. Está todo abierto. El veto del PSOE no augura nada bueno. Pero insisto: si de nosotros depende, las derechas no gobernarán en el Estado.

¿Ha cambiado Sánchez desde que está en la Moncloa?
No sé si tiene el síndrome de La Moncloa. Aquel "con Rivera no" no se ha obedecido del todo, viendo la tentación que ha tenido de llegar a acuerdos antes con Ciudadanos que con Podemos. Ahora es cierto que se está acercando a Podemos. Pero también veo las presiones a las que se ve sometido. No sé si tanto por voluntad propia como por su entorno político y los poderes profundos del Estado. Es obvio que no tiene el mismo discurso que tenía hace un año.

¿Cree que debería haber un gobierno de coalición?
No lo sé. Más que el "cómo", creemos que es más importante el "para qué"... 

¿La presencia dentro del ejecutivo no ayudaría por ejemplo a encontrar vías de solución al conflicto catalán? 
Puede que sí o puede que no. Si hay voluntad política del PSOE de hacer políticas sociales y resolver políticamente el conflicto, que estén dentro o fuera debería dar igual. Ahora bien, cuando tú no tienes mayoría absoluta, pues tienes que llegar a acuerdos con otro y tienes que ser generoso. Al PSOE le veo muy sobrado para el peso que tiene. Un poco de humildad sí que les falta para abordar negociaciones políticas.

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Muchas veces se habla del problema vasco y del problema catalán, cuando lo que hay es un problema español

Estos meses ha ido a menudo al Supremo, también para las últimas sesiones. ¿Con qué sensación se ha quedado?
Que estamos ante una anomalía, un esperpento, un sinsentido de que en el siglo XXI, en un Estado miembro de la Unión Europea, se esté juzgando a todo un gobierno legítimo, democrático, que siempre ha defendido las medidas pacíficas y cívicas. Y con toda la anomalía que ha sido la prisión preventiva y los obstáculos a la hora de acceder a sus cargos parlamentarios. Esto tendrá una repercusión también en la justicia europea. Se han saltado todas las barreras y en algunos casos ha habido una prevaricación clara. Y en todo ello hay un trasfondo meramente político.

¿En el tribunal?
Hay unos poderes del Estado que sienten que deben salvar al Estado después del discurso del monarca del 3-O. Y lamentablemente tengo la sensación de que, en vez de devolverlo a la política, hay algunos miembros de este tribunal que sienten que tienen una labor patriota y tienen que dar una lección tanto a ellos como a los que pudieran tener una tentación en el futuro. Y esto me preocupa enormemente. 

Justamente esta semana se cumplen cinco años de reinado de Felipe VI. ¿Qué balance hace?
El hecho más preocupante es en relación a Catalunya. Su discurso impresentable del 3 de octubre vino acompañado de hechos que no están esclarecidos, como la participación de la Casa Real en presiones a empresas para que sacaran sus sedes de Catalunya y para que instituciones del Estado sacaran sus fondos de bancos catalanes. Si esto se confirma, sería gravísimo. Es preocupante y debe esclarecerse.

Hay poderes que sienten que deben salvar al Estado después del discurso del 3-O

¿La monarquía está hoy en jaque?
Creo que tiene los días contados. Se dan tres casos. El primero, que de la docena de monarquías que quedan en la Unión Europea, todas ellas tuvieron un papel fundamental en la lucha contra los totalitarismos en la Europa del siglo XX. El caso español es el contrario: es el totalitarismo el que la reinstaura. En segundo lugar, es la única monarquía de Europa que verdaderamente está cuestionada. Las otras se ven como un símbolo nacional. Y en tercer lugar, que el Estado español es el único que tras haber sido República se ha vuelto a restaurar la monarquía. No una, sino dos veces. Esto es lo que me lleva a pensar que la monarquía tenga sus días contados. Pero también es cierto que hay un Estado profundo. El CIS lleva tres años sin preguntar por la Casa Real, cuando antes era una de las instituciones más valoradas.

Incluso cuando hemos hablado de investidura del Rey hemos acabado hablando de Catalunya. ¿Hoy la batalla vasca también pasa por Catalunya? 
Sí. No es nuevo. Muchas veces se habla del problema vasco y del problema catalán, cuando lo que hay es un problema español. El Estado español lleva 200 años o más con un problema territorial que no está resuelto. Y en el siglo XXI, cuando lo normal es que se resuelvan en base al principio democrático buscando las vías oportunas, el Estado español es lo contrario. Se utiliza la criminalización, la represión, la judicialización de un conflicto político. 

Y ahí sigue...
Cuando el Estado español tiene que hacer campañas para defender que es una democracia algún problema tiene. Yo no me imagino a Suecia o a Dinamarca haciendo esas campañas en el exterior. La realidad a día de hoy es que en el Estado español hay presos políticos. Esto no solamente es una injusticia y un problema para la sociedad catalana, sino también para la propia sociedad española.