Son las 12 del mediodía, en pleno centro de Barcelona. De hecho, los turistas empiezan ya a revolotear por los alrededores de la Basílica de Santa Maria del Mar y es ahí, en ese punto, donde espera Gabriel Rufián, número uno de la lista de ERC al Congreso de los Diputados. Ha llegado en metro, quizás en un intento de pasar inadvertido, o simplemente, para demostrar que es un ciudadano más, pero no lo consigue. Por el camino, le reconocen como mínimo un par o tres de personas que le piden alguna foto. Su estilo tampoco ayuda a ese anonimato. Americana azul, camisa blanca y gafas de sol a lo vintage, de segunda o tercera mano, reconoce.

Nacido hace 34 años en el barrio de Fondo de Santa Coloma de Gramenet, a Gabriel Rufián se le conoce como El poeta del Olivo. Hijo y nieto de trabajadores de Jaén y Granada, levanta pasiones, ya sea para bien o para mal, por su discurso grandilocuente, hay quien dice que incluso poético, aunque también cursi. Sus frases de 140 caracteres son ya una seña de identidad, lo sabe y lo aprovecha, también sus enemigos juegan con ello. Si en algo destaca Rufián, es precisamente en su capacidad para poner de los nervios a los unionistas. 

Alguna vez ha dicho que si pudiese entrevistar a un político, le preguntaría si es decente o no. ¿A quién?
A Rivera, porque me parece que Ciudadanos hace de todo menos política decente. Creo que lo más indecente que puedes hacer en política es esconder lo que eres. Le diría que por qué intenta vender un relato, aparentemente centrista, apelando constantemente a Suárez, si es que Suárez fue centrista alguna vez, que creo que no, y luego en cambio defiende las mismas políticas o incluso peor que el PP. Que se defina lo que es, que es un partido de derechas, y eso no es un problema, el problema aquí es que lo intentes ocultar.

¿Y usted es un político decente?
Intento serlo cada día. 

Hace unas semanas, el conseller de Salut, Toni Comín, le definía como una mezcla entre torero y cantante...
Yo le decía que al final la mezcla se llamaba Miguel Poveda y como me dicen que me parezco a él, yo encantando.

Tiene un aire...
Sí, y mi madre dice que a Brad Pitt. Me quiere mucho.

¿Con qué se siente más identificado, con lo de torero o cantante?
Con ninguna de las dos cosas. Me parece que el toreo o maltratar en definitiva un animal no tiene cabida. Y cantar, la verdad es que canto fatal.

¿Ni en la ducha?
No, nada. Ni en la ducha. Creo que Toni se refería al hecho de que, no solamente yo, sino todo aquel que ha ido a Madrid de Esquerra no le ha importado molestar a según quién, y que hemos intentado torear en el buen sentido de la palabra, si es que lo tiene, las críticas, los insultos y según que comentario.

¿Lleva bien lo de las críticas?
Sí. Hay una chorrada que siempre digo: cuando te llamas Rufián, que te critiquen o te insulten, tiene otra dimensión.

Cuando te llamas Rufián, que te critiquen o te insulten, tiene otra dimensión

Pero lo suyo es constante...
La verdad es que cuando nosotros empezamos hace ya un par de años en Súmate, desde el minuto cero tuvimos todos esos digitales, todas esas plataformas, todos esos partidos unionistas más complicados y reaccionarios encima, llamándonos de todo. Era una persona totalmente anónima y por una charla, me llamaron de todo. Así que imagínate después de dos años, llega un momento en el que te acostumbras y que ya sabes lo que te van a decir porque, para bien o para mal, no son muy originales.

¿Por qué cree que provoca esas reacciones?
El otro día un diputado del PP me decía: “tú eres de los nuestros, eres un traidor”. Creo que es esa concepción, la de decir que este proceso o quien quiere esto en Catalunya, es de una clase determinada o de un partido determinado, habla una lengua determinada y se apellida de una manera determinada, y si eso cambia, ya preocupa. Pues, están preocupados.

Pero a usted lo de torear también le gusta. ¿Un punto de provocador?
Provocador, no. Al final en lo que no entro es cuando alguien está muy nervioso o muy enfadado, lo que intento es no ponerme en eso. Si a eso se le llama torear, o se le llama provocación, pues bienvenido sea. Cuando el señor Pérez-Reverte dijo aquello de que nos merecemos irnos al carajo porque simplemente no le gusta lo que votamos, pues le puse las fotos de las manifestaciones para que viera que, por mucho que se enfadara conmigo, la cosa no iba a cambiar, tenía que convencer a centenares de miles.

Si se les vacila, ¿aún se irritan más?
Intentamos poner un espejo continuamente a esa gente que dice que nosotros, por ser independentistas, amenazamos a la democracia, y lo dicen en un Estado donde gobierna un partido fundado por jerarcas franquistas. Si nosotros que pedimos votar, amenazamos la democracia, el problema lo tienen ellos, sobre todo cuando tienen a un ministro de Interior que condecora a un periodista afín o que tiene un director de la policía que llama terroristas a quienes no le gustan políticamente. 

Si nosotros que pedimos votar, amenazamos la democracia, el problema lo tienen ellos

Si escribimos Gabriel Rufián en Google aparece relacionado con Twitter, mujer y Reverte. ¿Cree que eso le define?
No. Creo que somos mucho más. No es una cuestión personal. Que nietos e hijos de gente venida a esta tierra hace tanto tiempo, estemos metidos en esto, engloba mucho más. Sí que es cierto que Twitter para mí es una enorme herramienta política. En cuanto a Reverte, creo que es un escritor y un reportero de guerra muy loable y que se enfadó mucho después de mi discurso, y lo siento mucho, pero seguiré diciendo eso, y en cuanto a la historia de mi mujer, bienvenido que sea conocido por eso porque es una historia bonita.

Su discurso en el debate de investidura marcó un antes y un después...
Sí, pero dije lo mismo que en campaña, que por otro lado era la promesa electoral.

Pero la gente en Madrid no le conocía y el contexto es otro, en el Congreso de los Diputados...
Ahí tienes la percepción y eres plenamente consciente de que estás en un teatro. De hecho, está hecho como si fuera un teatro en el cual escuchas todo, y cuando digo todo, es todo, des de ese atril.

¿Y se ve todo?
Se ve todo y también tienes un foco mediático enorme. Lo que intentamos es aprovecharlo. Como dije al principio de la intervención, tengo un montón de cosas que decir y un montón de gente esperando que las diga, y poco tiempo, así que voy a intentar aprovecharlo.

No le van a pillar jugando al Candy Crush.

Es que no he jugado al Candy Crush en mi vida. Soy malísimo jugando a los videojuegos desde que era un crío.

¿Qué se le pasó por la cabeza cuando se dirigía a la tribuna de oradores?
Sobre todo el honor de poder decir un montón de cosas que sabías que no se decían, o no se habían dicho. Sobre todo, un montón de gente, que después de cada acto te decía: ¡a ver si esto lo dices!. Intentamos cumplir, ni más ni menos, representar lo que la gente ha querido que representes. Si les molesta, pues el problema es suyo porque al final lo que pide ERC y también DiL es que se respete lo que la gente votó.

Cómo ha sido pasar de ser un desconocido a cruzarse con Rajoy, Santamaría...
Hay una cosa que choca y es que aún tengo la manía de decir cada vez que me presento a alguien: "buenas, Gabriel Rufián", y me dicen: "no, ya, ya". Y eso choca. Hay una frase muy buena de David Fernàndez que dice: "cada día que estuve en el Parlament de Catalunya me tomaba por la mañana la pastilla roja para saber que aquello era Matrix", y bueno, es un poco así. Voy con esa intención, de que aquello no es un mundo real, y que estamos frente a un escenario y que tienes que intentar aprovechar el tiempo que te dan. La política real se hace en los actos que hacemos durante el fin de semana, con la gente, aquello no lo es.

La política real se hace la calle con la gente, no en el Congreso

Quizás no es política real, pero al final ahí es donde se decide.
Al final es una máquina legislativa, más que otra cosa, donde se pactan leyes. Nosotros defendimos, y por suerte ganamos, el debate del sufragio a los 16 años y hubiese tirado para adelante, si hubiese habido gobierno. Estamos para eso, pero la política se hace en calle como siempre se ha hecho. Al final, por ejemplo, el PSOE tiene esa manía de pensar que antes de Felipe González, la gente iba aquí en taparrabos y que no teníamos nada, pues la gente se ganó las cosas en la calle y el presidente del gobierno de turno tuvo que claudicar, ni más ni menos.

¿Le ha decepcionado alguien en el Congreso?
Sánchez. No tenia ningún tipo de expectativa hacia él, pero sí que me sorprendió mucho su debilidad política, parlamentaria y oratoria. Luego hay gente que me ha sorprendido como Garzón, que es muy potente. Es un tío que sale sin una nota al atril y es capaz de articular un discurso muy rápido, porque a lo mejor tiene un minuto. Iglesias es tal cual, muy potente también porque maneja muy bien los tempos y quizás tiene ese instinto televisivo que no tiene Garzón. Y luego, Hernando del PP, hay que reconocer que se sabe el reglamento de pe a pa, podría ser perfectamente presidente de las Cortes. Y luego, gente de Ciudadanos muy tecnócrata. Escuchar Ciudadanos es como irte a una aula de ESADE, hablan de trabajadores como si fuesen activos, tienen un discurso muy de máster neoliberal.

Me sorprendió la debilidad política, parlamentaria y oratoria de Sánchez. Garzón es muy potente e Iglesias maneja muy bien los tempos

¿Alguno más le ha sorprendido para bien?
Bueno, hay relaciones cordiales sorprendentes y relaciones no cordiales sorprendentes también.

¿Cómo cuales?
Es ese punto, incluso hipócrita, que a veces hay en Madrid, que aquí no hay tanto. Gente que te da unos abrazos increíbles y luego si puede, te meterá en la cárcel. Hay de todo, pero sí que es cierto que a nivel general, hay gente que es muy cordial con la que puedes hablar, siempre y cuando no sea de política y Catalunya.

¿Ha cruzado palabra con Mariano Rajoy?
Sí. Buenos días. Eso es todo.

¿Y con Soraya Sáenz de Santamaría?
Sí, con Soraya un poco más. Es una persona que la puedes encontrar en la cafetería del Congreso y hay que decir que siempre saluda, es muy cordial, e incluso alguna broma sí que hace.

¿Podría ser una candidata para el PP?
Podría ser, pero Rajoy seguirá mandando. A todos aquellos que matan a Rajoy siempre les digo lo mismo, yo era pequeño y ya lo matábamos, cuando sea mayor lo seguiremos matando, pero seguirá mandando. Creo que por lo menos una legislatura más seguirá gobernando y mandando, porque ganará las elecciones.

¿Y sumará con C’s?
Seguro. Bueno, lo dicen ellos. Ciudadanos es un partido que va en contra del bipartidismo y hace todo lo posible para que continúe, pero bueno, eso es muy de Ciudadanos.