El debate decisivo, a cinco días de las elecciones generales, ha servido para acabar de definir los dos grandes bloques. A un lado, el tripartito de derechas que comprarían tanto PP como Ciudadanos. En el otro, el bloque de la moción de censura, después de que Pedro Sánchez haya descartado por primera vez pactar con Albert Rivera por ahora. Aun así, ha vuelto a fijar las líneas rojas a los independentistas. Vox, el gran ausente de la cita, ha estado muy presente.

"No entra en mis planes pactar con quien ha puesto un cordón sanitario al PSOE", ha respondido el presidente español a la pregunta inicial, cerrando por primera vez la puerta a Albert Rivera. Sánchez ha insistido en que pretende gobernar en solitario con personas independientes. Ha atacado a Ciudadanos por todos los frentes por su alianza indirecta con Vox. "Una vergüenza para los liberales europeos", le ha espetado.

En el otro lado, Rivera, que hoy ha entrado en el cuerpo a cuerpo con todos, ha insistido en este cordón sanitario. Ha vuelto a tender la mano al PP de Pablo Casado para repetir la fórmula andaluza en el gobierno del Estado. "Soy el único que dice claramente su preferencia de gobierno", ha señalado. Casado no se ha mojado excesivamente y se ha erigido él mismo como la alternativa. Ha pedido "unir el voto" de la derecha.

Ante los reproches continuos de la derecha, Sánchez ha vuelto a reivindicar el diálogo, pero marcando los límites: "dentro de la Constitución". En este sentido, Pablo Iglesias se ha quedado solo, una vez más, defendiendo un referéndum de autodeterminación. "Yo no he pactado nunca con los independentistas", se ha defendido.

Del debate, que ha sido aún más crispado que el de ayer, ha salido Iglesias como el candidato más sólido y que ha conseguido situarse por encima de los insultos y los reproches. Pero quien ha salido ganando más ha sido Pedro Sánchez, frente a un Pablo Casado y un Albert Rivera que han renunciado al voto del centro e incluso se las han tenido entre ellos. No ha sido sólo un "todos contra Sánchez".

Catalunya vuelve a tensar

El tema de Catalunya ha vuelto a ser central, a pesar de reservarse para el final. Pero los argumentos han sido bastante repetitivos. El presidente español ha defendido su apuesta por el diálogo, y se ha comprometido a "dialogar dentro de la Constitución con todas las fuerzas". A la derecha le ha reprochado sus insultos, como "golpista" o las "manos manchadas de sangre", y se ha desmarcado de sus acusaciones. "No habrá ni referéndum, ni independencia, ni quebrantamiento de la Constitución", ha sostenido. Y ha reiterado que no ha pactado nunca con los independentistas.

No ha servido de nada, porque Pablo Casado le ha acusado de ser una "muñeca rusa", porque "dentro tiene Podemos, los independentistas y los batasunos". Ha llegado a decir de Sánchez que es "el candidato preferido de los enemigos de España" y "un peligro público para España", porque "depende de los apoyos de los separatistas".

Albert Rivera, que hoy ha entrado más en el cuerpo a cuerpo, se ha comprometido a "conformar un gobierno centrista y liberal para que Sánchez y los independentistas vayan a la oposición". A pesar de que el tema no ha aparecido tanto como ayer, el líder de Ciudadanos le ha preguntado si indultaría a los presos políticos catalanes, quedándose nuevamente sin respuesta.

Finalmente, Pablo Iglesias, que ha aparecido como el más moderado de todos, se ha quedado solo defendiendo el referéndum para Catalunya, que ha dicho que tendría encaje en la actual ley orgánica de referendos. Ha reclamado un "proceso de empatía y diálogo", y ha denunciado que "a algunos que se envuelven con la bandera de España no les gusta España", la España plurinacional.

La violencia machista crispa

La violencia machista ha sido uno de los temas que, a pesar de la supuesta unidad, ha generado más crispación. Después de que Sánchez haya reprochado a Casado las palabras de Cayetana Álvarez de Toledo sobre el consentimiento sexual, el candidato del PP ha defendido que "no hay que regularlo más" porque ya está regulado. "Siempre hemos estado en contra de la violencia de género y hemos sido impulsores del pacto de estado contra la violencia de género", ha reivindicado. Ha acusado al presidente español de utilizar a las víctimas de esta lacra. "¿Viene de defensor de las mujeres?", le ha preguntado.

Pero Sánchez ha aprovechado la alianza con Vox para advertir sobre la "peligrosidad" de la extrema derecha, tanto a Casado como a Rivera, en esta materia. "Dice que una mujer violada no tiene derecho a abortar o que la verdadera dictadura no es la franquista sino la feminista", ha señalado. Y ha ironizado dirigiéndose al candidato de Ciudadanos: "Y Rivera nos dice que es centrista".

En este punto, uno de los momentos más destacados ha sido de Casado, que ha hecho un batiburrillo, sin referirse explícitamente, con los presos políticos catalanes. "¿Usted indultaría a los de la Mandada?", le ha preguntado el dirigente conservador al presidente español.

Intercambio de libros

La jornada de hoy, festividad de Sant Jordi, ha estado presente en el debate de Atresmedia. Ha sido Albert Rivera, quien lo ha aprovechado para regalar a Pedro Sánchez un libro: su polémica tesis doctoral. "He llevado un libro que usted no ha leído: su tesis doctoral", le ha lanzado el dirigente de Ciudadanos.

Pero el presidente español lo ha visto venir y ha respondido con un contragolpe. Ha sacado un libro de Fernando Sánchez Dragó sobre Santiago Abascal, y se lo ha dado. Le ha hecho entrega para que conozca el "pensamiento político" de los que podrían ser sus socios, como a Andalucía.

Enfrentamiento en la derecha

Tras quedar desdibujado en el debate de TVE, Albert Rivera ha entrado en el cuerpo a cuerpo. Y no sólo con Pedro Sánchez, sino también con Pablo Casado. Entre los dos líderes de la derecha ha habido tensión en el debate sobre las pensiones, los imposos, la eutanasia o el aborto. El dirigente de Ciudadanos ha contrapuesto su partido, que ha definido como "liberal", con el PP, que ha descrito como "conservador". Casado le ha replicado que "hasta hace poco Ciudadanos era socialdemócrata". El enfrentamiento en la derecha ya le ha ido bien a Sánchez, que les ha dejado hacer.