Un frente de diputados vascos de todos los colores para defender el concierto económico. Esta es la llamada que ha hecho hoy el candidato del PP al Congreso por Guipúzcoa, Borja Sémper. El jerarca popular quiere que los diputados vascos de la próxima legislatura "trasciendan las siglas" y se unan "en un grupo de presión a favor de Euskadi".

No es el único que lo quiere. El cabeza de lista del PP al Senado por Álava, Iñaki Oyarzábal, ya aseguraba en octubre que los populares no aceptarán "chantajes" sobre "principios fundamentales" como éste. El propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recalcaba: el PP no está dispuesto a que "se borre del mapa el concierto". Lo decía esta semana en Navarra, comunidad que se rige por el mismo sistema foral del concierto.

El frente que pide Sémper ya existe de hecho. Ni un sólo representante electo vasco o navarro se pondrá contra el concierto. Ni siquiera los populares. A día de hoy, la autonomía financiera que da el concierto en el País Vasco y Navarra se cifra en unos recursos extras que rondan los 4.000 millones de euros anuales de más que si se rigieran por el régimen común, como Catalunya. Según las liquidaciones económicas del periodo 2011-2013, el ingreso medio de que gozaron las quince autonomías de régimen común fue de 2.933 euros por habitante y año, mientras que en el País Vasco fue de 4.079 euros y en Navarra 5236.

Ciudadanos y la uniformidad

"Queremos acabar con el concierto vasco y navarro", decía Albert Rivera el 13 de octubre en una entrevista con Susanna Griso en Espejo Público. Ciudadanos subía entonces sin parar en las encuestas, dándole ya una posición que podría ser fundamental de cara a tener la llave del Gobierno español. En el País Vasco y Navarra se encendieron todas las señales de alarma.

La propuesta de eliminar el concierto viene de lejos. En 2011, en la comisión puesta en marcha por el Govern de la Generalitat para debatir un concierto a la vasca, C's ya propuso la supresión de los privilegios vascos y navarros. "C's también propone la supresión de los privilegios forales vascos y la incorporación de las Comunidades Autónomas del País Vasco y Navarra al régimen común", dijeron entonces.

El castigo

En el País Vasco y Navarra, todo esto no funciona. El sociólogo Ander Gurrutxaga lo decía claramente en El Correo: "Si cuestionas el concierto, es muy difícil entrar en una sociedad que tiene muy interiorizado el autogobierno". Y seguramente esta sea la razón fundamental por la que en las elecciones municipales del 24 de mayo, sólo obtuvieran dos concejales de un total de 2.628. Los 22.256 votos que consiguieron sólo representaron un 2,09% del total.

Las encuestas ni hablan de Ciudadanos en el País Vasco. Ni un sólo diputado del partido de Albert Rivera ocupará una silla en el Congreso gracias al voto de los vascos. Lo ha dicho el CIS, en una encuesta por El País, y lo ha repetido ya dos veces La Razón, la última vez, el pasado lunes, en un sondeo elaborado por NCReport.

Foto de portada: Borja Sémper (Europa Press)