Después del batacazo en las elecciones catalanas, en que cayó de 11 a 19 diputados, el PP en Cataluña ha reaccionado dando una doble batalla: la de disputar a Ciutadans, más inexperto en la dinámica parlamentaria, el liderazgo del bloque antiindependentista, y la de no dar respiro a Junts Pel Sí y la CUP marcando de cerca cada uno de sus movimientos. "Estamos muy orgullosos de haber marcado la agenda política estos días", ha afirmado esta mañana, con rostro triunfante, Xavier García Albiol. Y es cierto que los populares han conseguido, por un lado, condicionar las acciones de Ciutadans, el PSC e incluso Catalunya Sí que es Pot.

Cómo marcar la agenda

El PP quiso hacerse visible inicialmente con la firma, por parte de todos sus diputados, de una propuesta de reconsideración de la propuesta de resolución independentista, aunque no tuviera representación en la mesa del Parlament.

Después obstruyó su tramitación en este órgano retrasando su constitución como grupo parlamentario hasta el último momento. De esta manera conseguía el apoyo de los otros tres grupos, que no tenían otro argumento mejor.

Por último, en el pleno del lunes, el PP presentará una enmienda de sustitución al texto independentista, amparándose en la Constitución y en el Estatut, para escenificar de nuevo ese liderazgo y arrebatarle la iniciativa a Ciutadans y el PSC.

Toda esta actividad del PP ha afectado las acciones de los independentistas, que han tenido que buscar también alternativas jurídicas que les permitieran llevar esta propuesta al pleno.

Todo ello ejecutado con la seguridad de captar la atención de los medios de comunicación.

Consolidar el liderazgo

Esta semana, el PP ha conseguido relegar a Ciutadans a un segundo plano y ha asumido el papel protagonista. Lo intentará mantener "utilizando todo aquello que legalmente esté a nuestro alcance", como ha dicho Albiol, esta estrategia: bloquear, obstruir y ser el adversario más perseverante de los independentistas. Esta estrategia ayudaría a presentarse en España como el partido que está a la altura de C's frente al independentismo, un modo de frenar el crecimiento del partido naranja o de orientarlo contra el PSOE.