El juez Manuel Arce, titular de Juzgado de Primera Instancia número 5 de Tarragona, volver a plantarse delante del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que tiene que valorar si lo expulsa definitivamente de la carrera judicial o lo vuelve a suspender tres años, según informa El Mundo.

Arce ostenta el título de ser el juez más expedientado del Estado español con una quincena de sanciones en la espalda. Ahora su caso vuelve a caer sobre la mesa del CGPJ, el cual hace poco más de un año que le puso la última sanción.

Hoy, el Pleno del Consejo tiene que decidir si lo impone la sanción definitiva: apartarlo para siempre de la función jurisdiccional. El motivo de la expulsión sigue la línea de los expedientes anteriores: desatención a sus deberes como juez.

Retrasos, indiferencia y sanciones máximas

Su última sanción fue junio del 2020, cuando fue sancionado con la suspensión de funciones por tres años. Se trata de la pena máxima que se puede imputar ante la falta grave por la que se lo investigaba: "La desatención o el retraso injustificado y reiterado en la iniciación, tramitación o resolución de procesos y causas o en el ejercicio de cualquiera de las competencias judiciales".

En aquella ocasión, el promotor de la Acción Disciplinaria se mostró partidario de qué Arce fuera separado ya de la carrera judicial. El promotor ha declarado que el juez es el responsable de un "comportamiento de generalizada e inadmisible desistimiento de los deberes más inherentes al ejercicio de la función jurisdiccional, con grave y notorio menoscabo del derecho a la tutela judicial efectiva".

La sanción de tres años se impuso después de que el juez cumpliera una pena anterior de seis meses de suspensión cautelar. Al volver a su lugar de trabajar en junio del 2020. En el periodo entre su reincorporación y la nueva suspensión pasaron pocas semanas en que Arce no mostró cambios en su conducta. En este tiempo, dictó un total de 23 sentencias y 56 actuaciones y suspendió hasta 28 juicios. Puso una media de poco más de tres sentencias en el mes. Por este motivo el CGPJ calificó el rendimiento del magistrado de "anecdótico o testimonial".

La fama lo precedía

El bajo rendimiento de Arce no empezó cuando fue destinado a Tarragona, sino que ya lo precedía. Según recuerda el Diario de Tarragona, después de su llegada a la ciudad el año 2019 con el título de juez más expedientado no pasó desapercibido por sus nuevos compañeros de trabajo. Su fama quedó probada en el poco después de su llegada.

Dos meses después de que se instalara en su nuevo destino, una inspección determinó que hasta el 30 de septiembre de este año acumulaba 56 sentencias por dictar y 14 actuaciones. También se determinó que los casos pendientes de resolución habían aumentado un 17 por ciento, la mayoría divorcios y modificación de medidas cautelares a consecuencia de separaciones.

 

Imagen principal: Escudo del Consejo General del Poder Judicial / ACN