La portavoz del Gobierno, Isabel Celáa, ha justificado la posición del rey Felipe VI a raíz del referéndum del 1 de octubre después de que el president de la Generalitat, Quim Torra, haya anunciado hoy la ruptura de relaciones con la monarquía. No obstante, ha mantenido la mano tendida al diálogo con el Govern y ha apelado a la distensión.

"El Rey cumplió con su obligación en el discurso del 3 de octubre", ha afirmado Celaá en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, recordando que esta noche coincidirán en Tarragona, en la inauguración de los Juegos del Mediterráneo, tanto el monarca como los presidentes Sánchez y Torra.

Celaá cree que si la Generalitat no invita al Rey a sus actos, la institución catalana "no representará a todos los ciudadanos de Catalunya".

La representante del ejecutivo central ha insistido después en que el Gobierno "nunca había hecho política" con un acontecimiento de estas características.

Así las cosas, se mantiene la mano tendida a Torra y la decisión de romper con la monarquía no afectará a las relaciones con el gobierno catalán, y a la reunión del próximo 9 de julio de Sánchez y Torra en la Moncloa. "Se quiere normalizar, evitar tensiones. Se quiere destensar, cosa que nos parece muy importante", ha respondido, preguntada por El Nacional. Incluso ha dicho que ahora se estaba aplicando el "tratamiento y la cura" a la crisis soberanista.