“Reforzar los atributos de la nueva Convergència”. Este es, según los responsables de la campaña a las elecciones generales del 20D de Francesc Homs, el objetivo del discurso del cabeza de lista de Democràcia i Llibertat y que hace dos días que despliega con entusiasmo en una intensa peregrinación por radios y televisiones. De momento, sin embargo, uno de los primeros efectos ha sido desconcertar a los socios republicanos de CDC en el Parlament en el seno de la coalición JxSí. Por no hablar de algunos de los compañeros de partido y de gobierno del hasta el lunes conseller de Presidència que no acaban de entender qué está pasando. Homs ya sorprendió el lunes cuando apareció en TV3 advirtiendo que “si no se puede garantizar un gobierno fuerte y estable, seguridad jurídica, compromiso con los valores occidentales, particularmente con los europeos, y voluntad explícita de diálogo y pacto con los instituciones españolas y europeas, habrá que convocar nuevas elecciones”. Pero la noticia de la posibilidad de que se convoquen nuevas elecciones, que tenía que ser una clara estrategia de presión a la CUP, ha puesto también la mosca tras las oreja a ERC. El presidente de los republicanos, Oriol Junqueras, lo ha replicado de buena mañana a través de un tuit. También la secretaria general de ERC, Marta Rovira, ha querido decir la suya a la misma hora. Bien diferente es la valoración que se hace desde la campaña de Homs. Según las fuentes consultadas por El Nacional, el giro del discurso del candidato ha sido una inyección de moral para los convergentes de base, después de la sacudida que recibieron la pasada semana con las dos votaciones fallidas para la investidura. El "No puede ser que la CUP se lo cargue" –en relación con la voluntad de CDC de "hacer las cosas bien hechas" durante el proceso– habría tenido una gran acogida entre la militancia.

Reforzar los atributos de CDC

Esta mañana, sin embargo, la estrategia para “reforzar atributos” de CDC, es decir, la posición independentista “seria” o “centrada” delante de la presión de la CUP, que ha negado en dos ocasiones la investidura a Artur Mas a pesar de las cesiones, ha acabado de remachar el clavo con el aviso del candidato en el sentido de que los independentistas tienen mayoría para empezar el proceso soberanista, pero no para “culminarlo”.  

Mayoría u "otras soluciones"

“En Catalunya el independentismo tiene una fuerza muy importante pero no suficiente para imponer unilateralmente sus posiciones, ni [tampoco] tan débil como para prescindir de él sin ni tan sólo hablar”, ha explicado Homs a la SER, donde ha mostrado la confianza en que el nuevo Congreso que surgirá de las elecciones españolas permita abrir un periodo diferente con “más diálogo, más negociación y más pacto”. “Ya se verá si todo este proceso se decanta en conseguir la mayoría [independentista] que ahora nos falta o se llega a otras soluciones”, ha remachado, lo que subraya aún más el giro discursivo.

Dejémonos de puñetas

La respuesta de ERC ha llegado esta vez a través del número dos en el Congreso, Joan Tardà. Y también sin muchas manías. “Dejémonos de puñetas: se trata de ser fieles al voto del 27S y respetar el mandato democrático de las urnas”, ha replicado el candidato republicano durante la presentación de la campaña de su partido, que precisamente tendrá como lema El 20D, defensa el teu vot. En las filas republicanas no esconden el desconcierto que provoca el discurso de Homs. Dirigentes del partido admiten que no entienden cómo, después de impulsar la declaración aprobada en el Parlament el 9 de noviembre, ahora se puede pronunciar este discurso. "¿Habrán vuelto a sacar del armario la puta y la ramoneta?", se preguntaba irónicamente un dirigente.

Sorpresa en el Gobierno

Lo más curioso del caso, es que el desconcierto de los republicanos es casi tan notable como el de algunos excompañeros de Gobierno de Homs. Los equilibrios de la vicepresidenta Neus Munté para explicar que las declaraciones del exconseller no representan un cambio de estrategia no fueron secundados por otros miembros del Ejecutivo en funciones que, en privado, admitían la sorpresa por el matiz introducido en las palabras del ya candidato a pesar de celebrarlas. Y especialmente, teniendo en cuenta que las voces internas reticentes con el proceso, muchas de las cuales se han expresado en privado y en público las últimas semanas, habían sido objeto de crítica interna por pronunciar exactamente este discurso. En cambio, en el partido niegan la mayor. Es decir, que aseguran que no ha habido ningún cambio de discurso. "CDC es la principal fuerza independentista de este país. Ya no hay opción de dejar de ser independentista pero con los valores y el discurso del partido", resumen las fuentes consultadas por El Nacional. (FOTO: EFE)