Nuevo aplazamiento en el acuerdo por el catalán pactado entre el PSC, ERC, Junts y Comuns. De momento tampoco se abordará la aprobación de la modificación de la ley de Política Lingüística en el pleno de la próxima semana, después de que en la Junta de Portavoces de este martes se haya decidido no incluirlo. El portavoz de En Comú Podem, David Cid, ha propuesto en la reunión que esta cuestión se aborde en el próximo pleno de la cámara previsto para la semana que viene, pero ningún otro grupo parlamentario se ha sumado. Situación similar pasó en la Junta de Portavoces de hace dos semanas cuando ningún partido pidió incluirlo porque no había acuerdo con Junts per Catalunya, que reclama que haya consenso social antes de llevarlo a aprobación. Así pues, es la tercera vez desde que se anunció el acuerdo a final del mes de marzo que se acaba posponiendo, y es que Junts ya reculó desde un inicio cuando vio el rechazo social que levantaba la iniciativa, ideada por los cuatro partidos que suman más de 100 diputados. Esta mañana en una entrevista en 'Radio 4 y La 2', el portavoz de Junts, Josep Rius, ha avisado de que "si no hay consenso con las entidades, Junts no tendrá una posición favorable para impulsar la reforma de la ley".

Previsiblemente este acuerdo se tenía que aprobar a principios de abril, casi coincidiendo con el final del plazo que el TSJC daba en las escuelas catalanas para cumplir con el 25% del castellano en las aulas. La maniobra, según defendieron los grupos, era para huir de los porcentajes que imponían los tribunales y para seguir blindando el modelo de escuela en catalán, pero hubo una dura respuesta social dado que por primera vez en esta ley se proponía reconocer el castellano como lengua de uso. Fue a raíz de esta presión que los grupos decidieron finalmente postergar la aprobación a finales de abril, y así abrir un periodo de enmiendas para negociar con los movimientos sociales, principalmente reunidos en Somescola.

Tanto el PSC, como ERC y los Comuns siguen considerando que es un buen acuerdo, pero los de Carles Puigdemont piden consensuar con los movimientos sociales algunas enmiendas para mejorar el texto, haciendo reuniones con las entidades sociales y educativas que se oponen a la medida. De hecho, justo antes de Semana Santa la plataforma Somescola emitió un comunicado donde exigió un diálogo honesto con el Govern y los partidos del Parlament para abordar esta reforma, y apuntaron que cualquier proposición legislativa que afecte a la escuela en catalán tiene que contar con uno "consenso amplio tanto en el ámbito político como el social".

Durante la Diada de Sant Jordi este fue uno de los temas que comentaron representados sociales y políticos en sus intervenciones. El líder de Òmnium, Xavier Antich, valoró positivamente que se hubiera aplazado la votación del acuerdo, ya que así da más tiempo a negociar enmiendas a la reforma pactada inicialmente. Quien fue muy crítico fue el diputado de la CUP Carles Riera, que exigió la retirada de la proposición que modifica esta ley y que a su entender fulmina la inmersión lingüística. De hecho los anticapitalistas habían presentado una propuesta para reconocer el catalán como única lengua vehicular en las escuelas.