El lapsus que sufrió la semana pasada Eduard Pujol en el Congreso de los Diputados ha sentado un precedente y se calcula que la próxima semana la cámara española tome medidas para gestionar futuros errores. Es decir, que se acordará como dirimir errores o lapsus de los diputados a la hora de votar. De momento, sobre la mesa solo hay una propuesta presentada por la presidenta del Congreso, Francina Armengol: dar un breve margen de tiempo al diputado para que, en caso de error, se corrija a él mismo. El PP, sin embargo, tiene previsto presentar una contrapropuesta dentro de una semana.

Fuentes de los populares se niegan, de momento, a opinar sobre la propuesta que ha hecho Armengol, y aseguran que la próxima semana presentarán una alternativa que vaya de acuerdo con aquello que defendieron a capa y espada la semana pasada ante el error del diputado de Junts. "Porque todo el mundo vio lo que pasó", aseguran miembros del PP de la Mesa del Congreso de los Diputados. Este martes, de hecho, han insistido con una propuesta para revocar el voto nulo de Pujol, y situarlo como voto afirmativo. El caso del diputado de Junts per Catalunya claro está: se equivocó y pronunció uno "sí" a la investidura de Alberto Núñez Feijóo que rápidamente corrigió con uno "no". Pero entre este "sí" y este "no", la secretaria cuarta de la Mesa, la popular Carmen Navarro, ya había replicado con uno "sí".

Todo eso generó todo un alboroto entre los diversos miembros de la Mesa, sobre cómo computar el voto del diputado juntaire. El argumento del PSOE y de Sumar era que todo el mundo entendía que la intención de Pujol era votar que, "no" a pesar del lapsus, y que, por lo tanto, había que registrarlo como un voto negativo. El argumento del PP era que tiene que predominar aquello que decreta el secretario de la Mesa, que es quien válida el voto del diputado.

Con posicionamientos tan alejados, y con los letrados pasando la pelota a la presidencia del Congreso, Francina Armengol va decidido declarar el voto nulo. Al fin y al cabo, aquel voto no alteraba nada y la investidura de Feijóo estaba igualmente destinada al fracaso. El resultado final fue de 177 votos en contra, 172 a favor, uno un voto nulo. La Mesa del Congreso estuvo aquel día 15 minutos debatiendo qué se tenía que hacer con el caso. La bancada del PP llamó "vergüenza" por el desenlace final. ¿Por qué?

En el PP recuerdan el caso de Alberto Casero, el diputado del PP que se equivocó en la votación de la reforma laboral y su error propició que se aprobara 'in extremis' aquella modificación de la legislación laboral. En aquella ocasión, recuerdan los populares, la Mesa del Congreso, presidida por Meritxell Batet, no dejó rectificar el sentido del voto en Casero, que había votado a distancia porque estaba enfermo.