El vicepresident y conseller de Economia, Oriol Junqueras, marca perfil propio en los presupuestos de la Generalitat, que el Govern tiene intención de presentar el martes que viene, y se aleja de la sombra de su predecesor, el exconseller Andreu Mas-Colell. En este sentido, Economia prevé cumplir con el objetivo de déficit fijado por el Estado para este año, del 0,7%, sin fiar ingresos al entendimiento político con el Estado español. 

Precisamente, en los presupuestos del año pasado y los cuales ahora están prorrogados, Mas-Colell fiaba parte de los ingresos a que el Estado pagara deudas históricas como la más que reclamada disposición adicional tercera del Estatuto, unos 759 millones, y el adelanto de 789 millones del anticipo del fondo de competitividad del 2016.

Dos peticiones que han quedado en papel mojado porque el Estado español ha hecho caso omiso. Las cuentas también incluían los 600 millones de euros que se preveían recaudar con el impuesto catalán de depósitos bancarios. Un tributo, sin embargo, que el Tribunal Constitucional anuló y, por lo tanto, sólo se pudo recaudar una décima parte de lo previsto, ya que el impuesto estatal, que se acabó imponiendo, es próximo al 0%. Todo, en total, unos 2.000 millones en manos de la negociación el Estado y que nunca llegaron a Catalunya.

Impuestos

El Departament de Economia asegura que es posible cumplir con el 0,7% porque prevé aumentar los ingresos gracias a los 1.400 millones de euros de la liquidación de la financiación del 2014 que se pagarán este 2016 y la mejora de 520 millones de euros en ingresos de la financiación autonómica, así como al ahorro previsto de 850 millones de euros por la rebaja de los intereses. Aquí hace falta tener en cuenta los 270 millones de euros en gastos que comporta el plan de choque social para equilibrar la balanza presupuestaria y cumplir con lo que exige Hacienda. 

De hecho, Junqueras incluirá en los presupuestos dos impuestos que actualmente se encuentran suspendidos por el Tribunal Constitucional y no anulados ya que se está a la espera de una resolución judicial firme. Se trata del impuesto de pisos vacíos con el cual se prevé recaudar 14 millones de euros, y la tasa a las compañías de ADSL, que supone unos 15 millones.

En cambio, no se incluirán los tributos que ya están anulados por el TC, como el de emisión de gases de la industria, el de depósitos bancarios, el de las nucleares y el de aviación comercial. No obstante, con la recuperación parcial de estos dos impuestos suspendidos, Junqueras guiña el ojo a la CUP, que reclamaba hace unos días precisamente esta cuestión para tener unas cuentas de ruptura y libres de Montoro. Los cuperos son imprescindibles para la aprobación de las nuevas cuentas de la Generalitat.